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Relevo en la cúpula de la Santa Sede

Benedicto XVI refuerza la ortodoxia en su primer gran cambio en el Vaticano

Tarsicio Bertone, de 71 años, sustituirá a Angelo Sodano como secretario de Estado

Enric González

Benedicto XVI, que había mantenido hasta ahora la Administración heredada de Juan Pablo II, empezó ayer a formar un gobierno a su medida. Y pareció tomar como modelo la Congregación para la Doctrina de la Fe, el dicasterio que dirigió durante dos décadas hasta convertirse en Papa. Joseph Ratzinger nombró como secretario de Estado y número dos de la jerarquía católica al cardenal Tarsicio Bertone, su más estrecho colaborador en los tiempos de la Congregación. El Vaticano anunció que Bertone, de 71 años, tomaría posesión el 15 de septiembre.

El Papa rompió la tradición y no eligió a un diplomático como primer ministro del Vaticano. Tampoco buscó ningún tipo de equilibrio colocando en el importantísimo cargo a un cardenal de sensibilidad distinta a la suya. Si hay alguien que se parece a Ratzinger, ése es Bertone: teólogo, estudioso, aficionado al fútbol y, sobre todo, partidario de un catolicismo compacto, combativo y "auténtico".

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El secretario de Estado saliente, cardenal Angelo Sodano, 79 años, era, como Karol Wojtyla, un hombre de la guerra fría. Conocía bien la política (su padre era diputado de la Democracia Cristiana) y como Nuncio de la Santa Sede en el Chile de Pinochet no tuvo reparos en contemporizar amistosamente con el dictador, al que consideraba un mal menor frente a la amenaza comunista.

Sodano llevaba 15 años al frente del Gobierno vaticano y presentó por primera vez la dimisión en 2002, cuando cumplió 75 años, la edad de jubilación para los altos cargos de la Curia. La dimisión no le fue aceptada, ni lo fue en el segundo intento, tras la muerte de Juan Pablo II. Benedicto XVI no sólo le "reconfirmó", la fórmula utilizada para el resto de la Administración vaticana, sino que le "renombró".

Pese a esa muestra de confianza, estaba claro que la permanencia de Sodano sería provisional y duraría hasta que el nuevo pontífice creara su propio equipo, una vez cumplido el "año de reflexión" que se concedió antes de renovar una Curia envejecida y agotada durante la larga agonía de Wojtyla.

Sodano, diplomático y viajero, será sustituido el 15 de septiembre por Bertone, teólogo y sedentario como el propio Ratzinger. Ayer parecía también inminente el relevo del secretario para las Relaciones con los Estados (ministro de Asuntos Exteriores), Giovanni Lajolo, para quien se perfilaba el cargo de gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, ocupado por el cardenal Edmundk Casimir Szoka, de 79 años.

"Pido al Señor", declaró Bertone tras conocerse su nombramiento, "que me permita ser fiel y acompañar al Papa en esta prometedora fase de nueva evangelización". Bertone fue uno de los principales patrocinadores de la candidatura de Ratzinger al papado y desde su elección se mostró de acuerdo con las prioridades de Benedicto XVI. El nuevo Papa, declaró, quería "recuperar la identidad cristiana en toda su autenticidad" y "confirmar la vigencia de la fe en un contexto de secularismo generalizado". "Desde hace mucho tiempo", agregó, poco después del cónclave, "el Papa está convencido de que Europa no debe ser solamente una realidad económica y política, porque necesita bases espirituales: es un dato histórico que Europa es cristiana y se formó a partir de la fe cristiana".

Bertone es, como Ratzinger, un "guardián de la ortodoxia" y un firme partidario de una iglesia combativa y libre de tentaciones new age. Fue uno de los autores del polémico documento Dominus Iesus (2000), que establecía la superioridad del cristianismo sobre todas las demás religiones; encabezó los ataques del catolicismo contra la novela (ahora también película) El Código Da Vinci; y critica el "relativismo" y el "laicismo" tanto como Ratzinger, o más, pero al mismo tiempo mantiene buenas relaciones con el sector más progresista del sacerdocio italiano.

El Papa había realizado antes dos cambios también destacados: el del papa rojo, como se conoce al prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, encargando el dicasterio al cardenal indio Ivan Dias en sustitución del Crescencio Sepe, enviado como arzobispo a Nápoles; y el nombramiento del cardenal William Levada, de Estados Unidos, como su sustituto al frente de la Congregación de la Doctrina de la Fe.

El cardenal Tarsicio Bertone, a la salida del consistorio celebrado por el papa Juan Pablo II en octubre de 2003.
El cardenal Tarsicio Bertone, a la salida del consistorio celebrado por el papa Juan Pablo II en octubre de 2003.REUTERS

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