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Ola de cambio en el mundo árabe

El Baradei llega para liderar la transición

El Nobel de la Paz egipcio pide al presidente Hosni Mubarak que abandone el poder

"Si la gente, en particular los jóvenes, quiere que lidere la transición no voy a defraudarlos". Mohamed el Baradei aterrizó ayer en el aeropuerto de El Cairo con la intención de unirse hoy a las protestas que desde el martes se llevan a cabo por todo Egipto. Hasta ahora los jóvenes han liderado y organizado la mayor revuelta en 30 años, ayudándose de redes sociales como Facebook y poniendo al Gobierno de Hosni Mubarak contra las cuerdas. Ningún partido, ningún líder político se había destacado como guía. El Baradei había sido criticado por estar fuera del país durante estos días después de haber pasado el último año presionando al régimen e instándole a llevar a cabo reformas políticas. Hace unos meses incluso fundó la Asamblea Nacional para el Cambio. Al fin, el diplomático recogió el guante ayer y anunció que su prioridad ahora es "ver un nuevo Egipto (...) a través de una transición pacífica".

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El diplomático había dado tibias muestras de apoyo a la revuelta. En comentarios a través de Twitter, animaba a protestar de manera pacífica. El pasado lunes enmudeció y no abrió la boca hasta la noche del miércoles: el diplomático volvía a Egipto porque "no le quedaba otra opción". "Mubarak ha servido durante 30 años al país y ya es hora de que se retire", decía poco antes viajar de Viena a El Cairo.

"Me parece que esta es la oportunidad que El Baradei estaba esperando", considera el analista independiente Issander el Amrani. "Se había apartado de las protestas argumentando que correspondía a los ciudadanos organizarse, pero la gente está ahora en las calles, y es el momento para que pueda intentar reclamar el liderazgo de un movimiento en lugar de ser un líder político aislado", dice.

En Egipto la noticia de su vuelta corrió como un reguero de pólvora en Internet con opiniones encontradas. Hay quien anhela que el Nobel de la Paz se ponga a la cabeza de la revuelta, mientras otros juzgan que debería pasar menos tiempo en el extranjero y más en las calles de su país. Y eso es lo que parece que va a hacer el diplomático: "Mañana va a haber en Egipto una gran manifestación y yo estaré allí con los egipcios".

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La gran revuelta a la que se refería y que se ha convocado para hoy después de la oración, ha estado precedida por una gran violencia que ayer se extendía por distintos puntos del país. Los egipcios se lanzaron de nuevo a protestar de El Cairo a Alejandría, pasando por Ismailia y Suez. En esta última ciudad se registraron algunos de los enfrentamientos más violentos y un beduino perdió la vida de un disparo, sumándose a las seis muertes que ha habido hasta ahora.

El portavoz de la web Todos somos Khaled Said aprecia que el diplomático piense unirse a ellos hoy, pero considera que aún es pronto para ver lo que ocurrirá con El Baradei. "Sería una buena opción como líder interino siempre que se comprometa a no volver a presentarse a las elecciones", afirma. "Hasta ahora no ha hecho demasiado y depende de él si esta vez quiere de verdad hacer algo. Tuvimos grandes esperanzas en él, pero por el momento no ha hecho, ni ha se arriesgado a nada", concluye el activista.

El pueblo se echaba a la calle, la Bolsa se desplomaba y el Gobierno egipcio, el aliado de EE UU en la región, miraba para otro lado. "Somos un gran Estado con apoyo popular. Nuestro país es estable y no tiembla por estas acciones", declaraba a un diario kuwaití el ministro del Interior, Habib el Adli, haciendo caso omiso de lo que ocurría por todo el país.

El Gobierno del rais, que anoche anunció que adoptará "medidas decisivas" contra los manifestantes, intentó por tercer día consecutivo desacreditar la protesta diciendo que los manifestantes podían estar siendo víctimas de la agenda oculta de algunos grupos, en velada referencia a los islamistas Hermanos Musulmanes. Desde un primer momento el régimen ha tratado de contaminar el espíritu de las manifestaciones con el fantasma del islamismo, pero sus consignas han brillado por su ausencia en las manifestaciones hasta ahora.

Pero la hermandad musulmana, el mayor movimiento de oposición egipcio, ha decidido dar un paso al frente. Por medio de un comunicado colgado en su página web, uno de sus portavoces, Mohamed Morsy, anunciaba anoche que el grupo participará en la manifestación de hoy "para incrementar la demanda popular". Según la web, el grupo "no necesita adoptar un papel protagonista en las protestas, pero si la situación lo requiere, sus miembros mantendrán una firme presencia callejera".

Tras el anuncio, la hermandad informó de la detención de dos de sus líderes, uno de ellos el propio Morsy, y de "muchos otros miembros [del grupo], es difícil saber cuántos", declaró Abdelmunim Abdel-Maksud, abogado de la cofradía. En paralelo, las fuerzas de seguridad recibían órdenes de actuar enérgicamente contra el movimiento islamista durante la madrugada, informa Reuters.

Mohamed el Baradei, rodeado por periodistas, a su llegada al aeropuerto de El Cairo.
Mohamed el Baradei, rodeado por periodistas, a su llegada al aeropuerto de El Cairo.GETTY

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