miércoles, 25 julio 2012
Actualizado 20:46 CET

Historia

Los reyes de la velocidad

Por Iria Villar

El poder de Jesse Owens

En los Juegos de Berlín de 1936, James Cleveland Owens, un atleta estadounidense negro, puso en jaque al nacionalsocialismo de Hitler, y la superioridad aria que reivindicaba, al ganar cuatro medallas de oro (100m, 200m, 4x100m y salto de longitud), hazaña que ningún atleta había conseguido hasta el momento y que no se volvió a repetir hasta 1984. Igualó o batió nueve récords olímpicos; su registro en la prueba de 100m fue de 10,3 segundos, el mismo que logró su compatriota Thomas Edward Tolan en los Juegos de Los Ángeles 1932.

Jim Hines, el primer hombre en bajar de los 10s

James Hines fue el primer velocista que consiguió parar el reloj en 9,9 segundos. Ocurrió en la prueba de 100m del campeonato nacional estadounidense celebrado en Sacramento en junio de 1968. Ese mismo año, Hines llegó a los Juegos Olímpicos de México con el récord mundial compartido con Ronnie Smith y Charlie Greene, pero en la final el atleta se convirtió en recordman en solitario con 9.95 segundos y se llevó la medalla de oro en la primera final con cronometraje electrónico de la historia. Un récord que poseyó durante 15 años.

El hijo del viento

Casi 50 años tuvieron que pasar para que un atleta lograse igualar la hazaña conseguida por Owens en Berlín. La estrella del atletismo que emergió entonces no fue otro que Carl Lewis y la cita fue en los Juegos de Los Ángeles de 1984. Lewis se cubrió de oro en los 100m, los 200m, los 4x100m y salto de longitud. Cuatro años después en Seúl, El hijo del viento defendió su título olímpico en los 100m y bajó su marca de 9,99 a 9,92 segundos y volvió a llevarse el oro en salto de longitud, aunque se tuvo que conformar con la plata en 200m. En su haber, el estadounidense acumula nueve medallas olímpicas.

La mujer más rápida del mundo

En los Juegos de Seúl de 1988, Florence Griffith Joyner, conocida popularmente por Flo Jo y por llevar las uñas interminables y pintadas de forma llamativa, no solo logró tres medallas de oro (100m, 200m y 4x100m relevos) y una de plata (4x400m) para Estados Unidos, sino que estableció el récord mundial de 100m y 200m lisos con una marca de 10,49 y 21,34 segundos, respectivamente. Ambas marcas todavía siguen en su poder, por lo que su apodo, La mujer más rápida del mundo, sigue teniendo vigencia.

Michael Johnson, dos veces oro

Sin duda, 1996 fue el año de Michael Johnson. Unas semanas antes de participar en los Juegos Olímpicos de Atlanta, Johnson logró batir el récord mundial de los 200m (hasta entonces en 19,79 segundos) que ostentaba el italiano Pietro Mennea desde 1979. Con sus 19,66 segundos acabó con la plusmarca más antigua que quedaba por batir. Ya en los Juegos, el texano se convirtió en la estrella del atletismo al ser el primer atleta en ganar los 200 y los 400m en unos Juegos. Aunque en la prueba de 400 registró un tiempo de 43,49 segundos, el mejor del año, fue en la de 200m donde Johnson realizó una auténtica exhibición de atletismo con una marca de 19,32 segundos que no sería superada hasta los Juegos de Pekín de 2008.

Usain Bolt, la flecha humana

La constitución del jamaicano (1,96m y 86 kg) disimulaba su talento para la velocidad; era demasiado alto y demasiado lento en la salida. Se centró en los 200, sin abandonar los 100, a pesar de su físico. En mayo de 2008, rebajó de 9,74 a 9,72 segundos el récord mundial de los 100m que ostentaba su compatriota Asafa Powell. En agosto llegaron los Juegos de Pekín y con ellos las medallas y las plusmarcas en las tres pruebas en las que participó (100m, 200m y 4x100m). Pese a su mala salida en la final de los 100, adelantó a sus rivales con una facilidad sorprendente y bajó el registro a 9,69. Fue la primera vez que la bandera de Jamaica ondeó en esta prueba, ya que los otros campeones nacidos en la isla lo lograron representando a otros países.



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