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El Congreso de EE UU denuncia que la CIA sobreestimó el arsenal de Sadam

Los comités de inteligencia del Congreso y del Senado concluyen que la información que llevó a la guerra era circunstancial

Los comités de inteligencia del Senado y del Congreso estadounidenses han descubierto que los servicios de inteligencia cometieron fallos en las investigaciones que llevaron a la guerra de Irak, fallos similares a los relatados por el ex jefe de los inspectores de armas, David Kay. Por ejemplo, que la CIA se basó demasiado en datos circunstanciales o que confió demasiado en las imágenes aéreas o por satélite y en las comunicaciones interceptadas.

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Esos descubrimientos les llevan a pensar que los investigadores de la CIA y sus superiores no consideraron la hipótesis de que Sadam Husein no tuviera ya armas de destrucción masiva. Los comités de inteligencia de las dos cámaras del Congreso estadounidense han estado trabajando de forma separada durante siete meses para llegar a estas conclusiones. El ex jefe de los inspectores que llevaron a cabo la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak antes de la guerra, David Kay, relató al Senado el miércoles que durante sus meses en Irak llegó al convencimiento de que Sadam no poseía estas armas, al menos no inmediatamente antes de la guerra. Por ello, reclamó una investigación independiente sobre las razones que llevaron a los servicios de inteligencia a asegurar la existencia de las armas.

Al igual que David Kay, ambas comisiones han descubierto que los agentes y analistas de la CIA no supieron detectar que la cadena de mando para el desarrollo de armas químicas, biológicas y nucleares había sido eliminada y que científicos y otros miembros del aparato de Gobierno iraquí estaba inmersos en su propia campaña para derribar la dictadura de Sadam, declarando la existencia de armas que no existían para perjudicar a Sadam.

"Era como un tren descontrolado. Una vez que abandonó la estación, siguió adelante más y más deprisa. Puede que algunos analistas intentaran reducir su velocidad, pero siguió adelante", ha dicho el senador Pat Roberts.

Mientras, la Casa Blanca empieza a reconocer fallos en el trabajo de los servicios de inteligencia respecto a Irak, aunque sigue sosteniendo que no es posible aún entresacar conclusiones definitivas sobre el supuesto arsenal iraquí.

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Giro en la Casa Blanca

En declaraciones a la cadena CBS, la consejera de seguridad nacional, Condoleezza Rice, ha dicho que "lo que sabemos es que hay diferencias entre los que creíamos que estaba pasando y lo que hemos encontrado sobre el terreno", pero se ha cuidado de añadir que "eso no es ninguna sorpresa cuando se trata de un país tan cerrado y poco transparente como Irak, un país que hacía todo lo posible para engañar a Naciones Unidas y a todo el mundo". Preguntada si los servicios de inteligencia se equivocaron, la consejera ha dicho que no cree que "conozcamos la historia completa sobre que fue de las armas de destrucción masiva de Sadam".

Las palabras de Rice, unidas a las declaraciones de Kay en el Senado, han abierto un encendido debate sobre el papel de los servicios de inteligencia y la forma en que la administración Bush gestionó la información facilitada. Algunos demócratas sostienen que Bush y su gabinete se fabricaron la Guerra a partir de esos datos.

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