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La OTAN toma el mando de la seguridad del sur de Afganistán

La fuerzas de la coalición conservarán el mando sobre las provincias orientales del país

La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) bajo mando de la OTAN ha tomado hoy el relevo de las tropas estadounidenses al cargo de la seguridad en las provincias del sur de Afganistán -Day Kundi, Helmand, Kandahar, Nimroz, Uruzgan y Zabul-, lo que supone su tarea más compleja desde el inició de la misión en este país en 2003. La ceremonia oficial de traspaso se ha celebrado hoy en Kandahar mientras un atentado con coche bomba contra el gobernador de Nangahar, al este del país, ha causado ocho muertos y 16 heridos.

El cambio de mando se produce en medio de una escalada de violencia que ha acabado con la vida de alrededor de mil personas y que ha incluido ataques suicidas al estilo iraquí en el sur de Afganistán, cuya ciudad más importante es Kandahar, el antiguo feudo del movimiento talibán. Hoy mismo, un atentado perpetrado con coche bomba frente a una mezquita abarrotada de Farmay Adha, a 20 kilómetros de Jalalab, capital de Nangahar, al este de Afganistán, ha dejado ocho muertos y 16 heridos. En ese momento se celebraba un funeral por Yunis Jalis, un líder muyaidín que murió el 19 de julio. La Policía ha atribuido el ataque a los talibanes, y se cree que tenía por objetivo al gobernador provincial, Gul Agha Sherzai, y a otros miembros de la administración que asistían a los oficios. Sherzai, que había sufrido otro atentado anteriormente, había dejado la mezquita minutos antes del ataque.

El general británico David Richards, jefe del cuerpo de respuesta rápida de la OTAN, que está al cargo de la ISAF desde el pasado mayo, ha afirmado: "La OTAN está aquí a largo plazo, hasta que el Gobierno y el pueblo de Afganistán necesiten de nuestra asistencia". El cambio de mando ha puesto término a la mayor operación antitalibán iniciada en Afganistán desde que EE UU invadiera el país en 2001. La operación, llamada Empuje a la Montaña, contó con la participación de más de 10.000 soldados del Ejército Nacional Afgano (ANA) y de la Coalición liderada por EE UU en un intento de acabar con los rebeldes en las provincias del sur.

La seguridad y el tráfico de drogas

No obstante, las fuerzas de la coalición, liderada por EE UU, conservarán el mando sobre las provincias orientales, donde llevan a cabo la Operación Montaña del León con el objetivo de acabar con los santuarios de los talibanes y llevar hasta allí la influencia del Gobierno de Kabul. La OTAN tomó en 2003 el mando de la ISAF, una fuerza creada bajo mandato de la ONU, y desplegó sus tropas en zonas seguras del país, como la capital, Kabul, y el norte y el oeste. Pero con el despliegue en el sur durante los últimos meses, más de 8.000 soldados, mayoritariamente británicos, canadienses y holandeses, se han visto envueltos en combates con talibanes. La ISAF, que está compuesta por tropas de 37 países firmantes y no firmantes de la OTAN -incluida España-, es el reflejo del apoyo internacional a esta misión, la más dura desde la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte hace 57 años.

Otra misión de la ISAF será luchar contra el tráfico de opio, al que se culpa de la creciente actividad de los rebeldes y de la general corrupción de las autoridades en el sur de Afganistán. Los soldados de la ISAF no han protagonizado operaciones de ataque hasta ahora, pero según declaró el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, en una visita a Kabul el 20 de julio, "si los insurgentes tratan de intimidar a la ISAF e impedirles hacer su trabajo, la ISAF reaccionará". La seguridad en Afganistán es la máxima preocupación de las autoridades y será la principal tarea de los 18.000 soldados de la ISAF, una cantidad similar de fuerzas estadounidenses y 35.000 soldados y 50.000 policías afganos.

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Por otro lado, tropas afganas y de la coalición mataron a 23 rebeldes en dos incidentes distintos ocurridos ayer en la provincia sureña de Helmand, según ha informado el portavoz provincial, Haji Muhayuddin Khan. En el primero, cientos de policías afganos y soldados coaligados atacaron un escondite de los rebeldes en el distrito de Garmsir y mataron a diez insurgentes. Más tarde, en el mismo distrito, tropas afganas y de la coalición se toparon con un grupo de rebeldes con el que lucharon durante horas en un combate que dejó 13 supuestos talibanes muertos. Además, soldados del Ejército afgano mataron a cuatro supuestos rebeldes y detuvieron a otros seis en una operación llevada a cabo ayer en la provincia suroriental de Paktika.

El comandante de las tropas de EE UU, general Karl Eikenberry (izda.), y el británico David J. Richards, saludan durante la ceremonia en la base aérea de Kandahar.
El comandante de las tropas de EE UU, general Karl Eikenberry (izda.), y el británico David J. Richards, saludan durante la ceremonia en la base aérea de Kandahar.EFE

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