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El jefe de la secta que mató a 12 personas con gas en el metro de Tokio será ahorcado

El Tribunal Supremo de Japón rechaza todos los recursos del líder de la Verdad Suprema

A Shoko Asahara ya sólo le espera la horca. El Tribunal Supremo de Japón ha rechazado hoy la apelación del gurú de la secta de la Verdad Suprema, condenado a muerte como cerebro del atentado con gas sarín que en 1995 dejó 12 muertos y cientos de heridos en el metro de Tokio. La decisión, contra la que no cabe recurso posible, cierra judicialmente el atentado terrorista más sangriento de la historia de Japón.

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Japón condena a la horca al líder de la secta La Verdad Suprema

Asahara, de 51 años, un hombre casi ciego, autoproclamado mesías del culto Aum Shinrikyo (Verdad Suprema en japonés), con más de 10.000 seguidores según sus propios cálculos, fue sentenciado en 2004 como principal responsable del ataque. A mediados del pasado mes de agosto fue igualmente rechazada la apelación de la ejecución del químico Masami STsuchiya, de 41 años, identificado como el segundo hombre de la mortífera operación.

El atentado contra el metro, de una magnitud sin precedentes en el país asiático, puso de manifiesto la vulnerabilidad del país ante el terrorismo y alertó a las autoridades ante el peligro que representa para la población las sectas con tendencias apocalípticas.

Supuesto desorden mental

Los abogados de la defensa basaron su estrategia en el supuesto desorden mental de Asahara, a quien consideraban incapaz de soportar un proceso judicial. Además insistían en su inocencia, mientras sostenían que la culpa del ataque en el metro y de otros desmanes criminales cometidos por la secta fueron obra de sus seguidores, 13 de los cuales, también han sido condenados a muerte.

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Asahara, cuyo nombre real es Chizuo Matsumoto, está condenado además por otros 12 crímenes que provocaron la muerte de 27 personas. A parte de los asesinatos del metro, la mayor parte de los homicidios de los que se le responsabiliza tuvieron como víctimas a abogados de los disidentes de la organización o de personas que luchaban legalmente contra los lavados de cerebro practicados por la secta y su progresiva marginación social.

Según las autoridades, actualmente el grupo, rebautizado Aleph, cuenta con 1.650 seguridades en Japón y 300 en Rusia. Una docena de miembros del culto fueron condenados por loshechos, de 189 juzgados. El gas sarín fue desarrollado por los nazis en los años 30 y es veinte veces más mortífero que el cianuro.

Shoko Asahara, en una imagen de archivo.
Shoko Asahara, en una imagen de archivo.AP

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