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Un cristiano muerto y cinco heridos tras un ataque al sur de El Cairo

Detenido un policía musulmán fuera de servicio acusado del ataque. Este incidente se produce horas después de que Egipto llamara a consultas a su embajador ante el Vaticano por declaraciones del Papa sobre el atentado contra una iglesia en el que murieron 23 cristianos

Un cristiano ha muerto y otros cinco han sido heridos en un tiroteo en un tren al sur de El Cairo. La idea de que el incidente se deba a cuestiones religiosas empieza a tomar forma, apenas dos semanas después del atentado contra una Iglesia en Alejandría que dejó 23 muertos y más de 90 heridos.

Un policía musulmán fuera de servicio entró en el tren mientras estaba estacionado en la ciudad sureña de Samalut en la gobernación de Minya, 260 kilómetros al sur de El Cairo, matando a un hombre de 71 años e hiriendo a otras cinco personas, incluida la esposa de la víctima, otras tres mujeres y un hombre, todos ellos cristianos, según un comunicado del Ministerio del Interior. El asaltante habría comprobado que los pasajeros eran cristiano ortodoxos por la cruz que tradicionalmente llevan tatuada en las muñecas los coptos en Egipto y porque ninguna de las mujeres llevaba hiyab. Después de identificar a varios miembros de esta confesión el atacante habría disparado sobre ellos. El gobernador de Minya, Ahmad Dia Eddin, sin embargo, negó en declaraciones a la televisión egipcia que haya cualquier sesgo de sectarismo en este ataque.

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Los heridos han sido trasladados, por petición de los familiares, desde el Hospital General de Samalut (Minya, 260 kilómetros al sur de la capital egipcia) al del Buen Pastor. Un helicóptero con un equipo de especialistas y cirujanos se ha trasladado a esta localidad desde El Cairo. Los médicos valorarán el traslado de algunos de los heridos a la capital egipcia.

En el hospital, un grupo de cristianos se enfrentó a las fuerzas de seguridad egipcias, según informó a EFE una fuente policial. Los manifestantes intentaron entrar en el centro sanitario y los policías se lo impidieron, por lo que comenzaron a tirar piedras a los agentes que trataron de dispersar a los coptos con gases lacrimógenos, según la fuente.

Este incidente se produce pocas horas después de que Egipto llame a consultas a su embajador en el Vaticano tras unas declaraciones ayer en las que el Papa Benedicto XVI instaba a los Gobiernos de los países predominantemente musulmanes a hacer más para proteger a las minorías cristianas que residen en ellos. Hossam Zaki, portavoz del Ministerio de Exteriores egipcio criticó estas afirmaciones que considera una "intervención inaceptable en los asuntos internos" del país.

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El Pontífice condenó ayer los ataques contra iglesias en los que han muerto en las últimas semanas decenas de personas en Egipto, Irak y Nigeria, argumentando que estos demuestran que es necesario adoptar medidas efectivas para proteger a las minorías religiosas. Estas palabras fueron rechazadas también desde Egipto a través de una declaración de Ahmed Al-Tayeb, Gran Imán de Al-Azhar, la máxima autoridad musulmana suní, quien hizo hincapié en que "la protección de los cristianos es un asunto interno garantizado por estos países".

Durante la recepción al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede este lunes, el Papa había pedido a las autoridades de Irak y a los jefes religiosos musulmanes que "sus conciudadanos cristianos puedan vivir con seguridad y puedan seguir dando su aportación a la sociedad de la que son miembros con pleno derecho". En el caso de Egipto, el Pontífice había recordado el atentado ocurrido en Alejandría contra "los fieles reunidos en oración en una iglesia".

Según Benedicto XVI, "esta sucesión de ataques es un signo más de la urgente necesidad de que los gobiernos de la región adopten, a pesar de las dificultades y amenazas, medidas eficaces para la protección de las minorías religiosas". En este sentido, reiteró que en Oriente Próximo "los cristianos son ciudadanos originarios y auténticos, leales a su patria y, por ende, cumplen con sus deberes nacionales" y por tanto "es normal que puedan gozar de todos los derechos como ciudadanos".

En Egipto son habituales los enfrentamientos entre musulmanes y cristianos coptos, una comunidad que supone apenas el 10% de la población, de mayoría musulmana. Hace un año, durante la celebración de la navidad copta un tiroteo dejó seis ortodoxos muertos. Los presuntos asaltantes aún están pendientes de juicio. El atentado de Nochevieja en Alejandría volvió a quebrar los ánimos de los egipcios que en los últimos días han protagonizado manifestaciones pacíficas en la que musulmanes y cristianos propugnan el respeto religioso mutuo y cuyo símbolo son pancartas en las que se ve la media luna del Islam unida a la cruz cristiana. Durante la navidad copta ortodoxa que se celebró los días seis y siete de enero, el acceso a las iglesias estuvo restringido por seguridad y sólo se pudo hacer con un documento de identidad (donde se hace constar la profesión religiosa). Al no poder acceder la comunidad musulmana optó por llevar a cabo una vigilia en la que se leyó el Corán y la Biblia. En estos actos también se produjeron enfrentamientos entre los que deseaban convertir la reunión en una manifestación contra el Gobierno.

Los ánimos han estado exaltados desde que se supo que uno de los detenidos en relación con el atentado de Alejandría ha muerto en circunstancias dudosas en comisaría. Amnistía Internacional ha instado hoy a las autoridades egipcias a dejar de intimidar a la familia de Sayyed Bilal, presuntamente torturado hasta la muerte en prisión. Bilal fue detenido en Alejandría el 5 de enero por oficiales de la Seguridad del Estado (SSI), y murió el día siguiente. Su familia presentó una denuncia ante la Fiscalía de Alejandría en la que alega que fue torturado hasta la muerte, y desde entonces han sido amenazados por los agentes de SSI con la detención y muerte de más miembros de la familia.

"Tanto la muerte de Sayyed Bilal como las presuntas amenazas contra su familia son hechos muy preocupantes y apuntan a un patrón continuo de comportamiento ilegal por parte de la SSI, que ha sido acusado de utilizar la tortura", ha manifestado Malcolm Smart, director de Amnistía Internacional para Oriente próximo y África del Norte. "Las autoridades egipcias deben adoptar medidas inmediatas para proteger a la familia, garantizar una investigación independiente sobre la muerte Sayyed Bilal, y la protección de otros sospechosos detenidos contra la tortura u otros malos tratos." Los casos de tortura en las cárceles y comisarías egipcias son sistemáticos según denuncias de organizaciones internacionales de derechos humanos. Aún está pendiente el juicio contra dos policías acusados de torturar hasta la muerte a Khaled Said, de 28, en junio de 2010, después de haber sido pospuesto en varias ocasiones.

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