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Voto testimonial de los republicanos contra la reforma sanitaria de Obama

El Senado bloqueará el rechazo a la ley de la Cámara de Representantes

Bajo la sombra trágica del tiroteo de Arizona, la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha retomado su actividad política y anoche aprobó por 245 votos a 189 la iniciativa republicana que pretende derogar la ley de reforma sanitaria, aprobada por los demócratas el año pasado y que sigue siendo uno de los temas más espinosos en el país.

Aquella fue una victoria largo tiempo esperada en las filas demócratas -sus defensores dicen que más de un siglo- y fruto de una promesa electoral de Barack Obama. Los republicanos también pretendían anoche consumar otra promesa de campaña aunque en su caso se quede en meramente simbólica ya que el Senado -de mayoría demócrata y siguiente punto de parada- dejará morir la iniciativa. Y si no fuera así -altamente improbable-, siempre queda el veto del presidente.

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El tono del debate en el Capitolio ha cambiado. Por cuánto tiempo, está por ver, pero sin duda está matizado por la masacre que ha costado la vida a seis personas y mantiene hospitalizada a la congresista Gabrielle Giffords. "En el día después de la reciente tragedia de Tucson, todos estamos embarcados en un renovado compromiso de civismo", dijo el martes la líder de la minoría demócrata y ex presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi. Parecida declaración hizo el líder de la mayoría, Eric Cantor, quien dijo que el debate iba a estar presidido por "la decencia".

El clima es ahora distinto. Obama ha remontado espectacularmente en las encuestas, casi diez puntos antes y después de Tucson (ABC News / Washington Post le dan un 54% de aprobación de gestión). Así que podría decirse que a pesar de que los republicanos pretenden con la oposición a la reforma sanitaria comenzar a tomar impulso ante las elecciones presidenciales de 2011, su iniciativa legislativa está muerta casi incluso antes de nacer.

La retórica política ya no es tan incendiaria. Ayer, los republicanos no se referían a la ley de reforma de la salud como "asesina de puestos de trabajos", a pesar de que la iniciativa republicana sigue llamándose oficialmente así: Revocación de la Ley de Salud que Asesina Empleos. Los conservadores hablaban en el hemiciclo de la norma que "ahoga el empleo". El fondo es el mismo pero los matices son importantes, más cuando el debate político se vio en un primer momento acusado de asesinato y la Cámara decidió la semana pasada paralizar su actividad en consideración con las víctimas de Arizona.

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La ley sancionada por Obama en marzo del año pasado -y que en gran medida entrará en vigor en 2014- tuvo un alto coste político para el mandatario a pesar de que otorga a 32 millones de estadounidenses un derecho del que ahora carecen: cobertura sanitaria. La mayoría de los norteamericanos siguen siendo contrarios a la reforma sanitaria (un 48% de media está en contra; un 40% a favor).

La ley de Obama pone la lupa sobre las compañías de seguros que se niegan a aceptar pacientes porque tienen enfermedades o les retiran la ayuda cuando las contraen. La nueva legislación otorga exenciones impositivas a familias de bajos o medianos ingresos y extiende la cobertura de los padres a los hijos hasta los 26 años de edad.

La iniciativa de los republicanos contiene 24 líneas dedicadas a la legislación pura y dura y 38 líneas con los nombres de los legisladores que la promueven y apoyan. A pesar de haber llegado al Congreso con la mala estrella del ataque de Tucson, los republicanos no dejarán pasar la oportunidad de su simbolismo, son conscientes de que el electorado se lo reclama. Así lo dicen las encuestas. Y la cuenta atrás para los dos siguientes años de Barack Obama en la Casa Blanca comienza hoy.

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, tras el voto contra la reforma.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, tras el voto contra la reforma.AP

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