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Estudiantes islámicos y líderes tribales piden la dimisión "inmediata" del presidente de Yemen

La oposición ha dado dos semanas a Salé para que deje el poder mientras se esperan más protestas

Los estudiantes religiosos islámicos y los líderes tribales yemeníes han expresado su apoyo a las demandas de los jóvenes revolucionarios y han reclamado al presidente de Yemen, Alí Abdulá Saleh, que renuncie al poder "inmediatamente".

En un comunicado hecho público ayer jueves por la noche en la capital, Saná, los firmantes han pedido que se cumplan las demandas "pacíficas" de los manifestantes y han reclamado "la dimisión inmediata del presidente de la República y el cese de todos sus familiares del Ejército y del aparato de seguridad del Estado".

Desde hace más de dos meses, yemeníes jóvenes inspirados por revueltas populares en Egipto y Túnez comenzaron a exigir la salida de Saleh, a quien responsabilizan de la corrupción rampante y la mala gestión de una economía dependiente de la ayuda exterior, mientras la población sigue creciendo en medio de una aguda reducción de las reservas petroleras y una crisis de falta de agua de proporciones apocalípticas.

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Muchos oficiales del ejército, jeques tribales, clérigos y políticos del partido gobernante se han pasado a la oposición. Unidades militares pro y anti Saleh se enfrentan en la capital, Saná, donde el miércoles pasado murieron un oficial del ejército y cuatro policías tras un enfrentamiento.

Saleh, con 32 años en el poder, ya no cuenta con el apoyo de sus aliados de EE UU y Arabia Saudí, que lo consideraban una pieza clave en la lucha contra la rama de Al Qaeda en el país. Los saudíes y sus socios en el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) pidieron esta semana una transferencia pacífica del poder en Yemen. Sin embargo, Saleh -apoyado por familiares colocados en puestos clave de seguridad- resiste las presiones internas y externas.

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Algunos analistas consideran que la táctica de Saleh es aferrarse como sea al poder, apostando por el cansancio de la gente, minando la popularidad de los opositores y exacerbando el miedo con la amenaza que sin él, el país se sumirá en el caos. Algunos yemeníes, prefieren mantener el status quo que la perspectiva de una revuelta prolongada, agregan los expertos. Aunque otros consideran que mientras la revuelta se extienda en el tiempo crecerá la animosidad contra el mandatario.

Protestas ayer en la ciudad sureña de Taiz
Protestas ayer en la ciudad sureña de TaizKhaled Abdullah/REUTERS

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