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Cuatro años de cárcel para un exgobernador del Banco de Italia

Antonio Fazio utilizó información privilegiada para favorecer a una entidad italiana frente a una holandesa en la compra de Antonveneta

El exgobernador del Banco de Italia Antonio Fazio ha sido condenado a cuatro años de cárcel y cinco de inhabilitación para ejercer cargos públicos por un tribunal de Milán. Los magistrados consideran probado que Fazio cometió en 2005 un delito de abuso de información privilegiada cuando estaba en juego la disputada compraventa del instituto de crédito italiano Antonveneta. Fazio, que según la acusación favoreció a la Banca Popular de Lodi (hoy BPI) contra los intereses del instituto holandés ABN Amro, deberá pagar 1,5 millones de euros como indemnización. El primer gobernador del Banco de Italia que recibe una condena penal fue sustituido a raíz del escándalo por Mario Draghi, el próximo director del Banco Central Europeo.

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La pena infligida a Fazio por los jueces de la Sección II de lo Penal de Milán es más dura que los tres años de prisión solicitada por la fiscalía. Con el exgobernador han sido condenados también el ex presidente de Unipol, Giovanni Consorte (tres años de reclusión y un millón de multa), el senador del Pueblo de la Libertad Luigi Grillo (dos años y ocho meses), y el ex consejero delegado de BPI, Giampiero Fiorani; este, tras haberse confesado culpable y haber pactado una pena de tres años y tres meses, ha sido condenado ahora a otros 20 meses más de prisión.

El único absuelto entre los 17 acusados (muchos de los cuales pactaron sus penas antes del juicio) es Francesco Frasca, entonces jefe del comité de vigilancia del Banco de Italia.

La fallida compra del veneciano Antonveneta por parte del BPI saltó a la luz en enero de 2005, cuando el banco de Lodi anunció que había superado la cuota del 2% del capital de un banco del que ABN era el mayor accionista.

Un mes después, BPI recibió el permiso del Banco de Italia para adquirir el 15%, y más tarde el 29,9%, mientras se negaba al grupo holandés la autorización para comprar acciones. Tras recurrir al regulador y a los tribunales civiles, ABN lanzó su OPA a 25 euros por acción, pero el BPL replicó con una contraoferta de 26 euros.

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Durante esa lucha sin cuartel, el teléfono del gobernador Fazio fue interceptado por los jueces, y una noche fue cazado diciendo a Fiorani, el consejero delegado del BPI, que el Banco de Italia iba a autorizar su OPA. "Te besaría en la frente", respondió Fiorani. Los abogados de Fazio han calificado la sentencia como "injusta", y han anunciado que la recurrirán y "será revisada".

Conocido por su gran religiosidad y su cercanía a la Santa Sede (una de sus hijas es miembro de los Legionarios de Cristo), Fazio siempre trató de favorecer la 'italianidad' de los bancos nacionales. También en 2005, el gobernador puso trabas al BBVA, que se había aliado con Generali y Diego della Valle, en el contexto de una OPA contra la Banca Nazionale del Lavoro, el quinto banco italiano en ese momento.

El caso no fue tan sonado como el de Antonveneta, pero los medios italianos dijeron que Fazio animó a la aseguradora boloñesa Unipol a asociarse con Monte Paschi de Siena para frenar la escalada del BBVA. A mitad de viaje, Generali cambió de bando y el banco español optó por vender sus acciones con 500 millones de plusvalías.

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