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El expresidente argentino Carlos Saúl Menem, absuelto de tráfico de armas a Ecuador y Croacia

El exmandatario fue exonerado junto a Emir Yoma y otros acusados.- El Tribunal dictó la sentencia esta tarde en Buenos Aires

El caso de la exportación ilegal de armas desde Argentina a Croacia y a Ecuador ocurrido hace 16 años quedó esta tarde cerrado con la decisión del Tribunal Oral Federal número 3 de declarar inocente, con el voto en contra de un único magistrado, al expresidente peronista Carlos Saúl Menem, imputado desde 2001 por un delito de contrabando agravado. Menem, de 81 años, que acudió a la lectura del veredicto, podrá seguir presentándose a las elecciones como senador por la provincia argentina de La Rioja, sillón que ocupa desde 2005. El expresidente, que ejerció el cargo entre 1989 y 1999, alegó que él se había limitado a firmar los decretos de exportación de armas a Venezuela y a Panamá, y que no fue su responsabilidad si acabaron en Croacia (en guerra hasta 1995) y en Ecuador, país sobre el que también pesaba un embargo internacional de armas por su enfrentamiento con Perú.

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El Tribunal exoneró también al entonces ministro de Defensa, Oscar Camilión, a Emir Yoma, asesor presidencial y excuñado del presidente, y al resto de los 17 implicados en el proceso. El juicio se desarrolló desde octubre de 2008 y precisó la participación de 383 testigos. Los fundamentos de la sentencia absolutoria no se conocerán hasta dentro de un mes, aproximadamente.

El escándalo de la exportación de armas fue mayúsculo porque no se trató de una operación pequeña sino de la venta ilegal de nada menos que 6.500 toneladas de armas y municiones ante las narices de la comunidad internacional. Una parte de las armas fue fabricada por la empresa Fabricaciones Militares, controlada por el Ejército, pero otra pertenecía directamente a las Fuerzas Armadas argentinas y se vendió mediante el simple procedimiento de borrar sus inscripciones y rastros. La operación conllevó además una importante serie de sobornos y comisiones, por valor de varias decenas de millones de dólares. La explicación ofrecida por Menem, según la cual él solamente firmó permisos de exportación a Panamá y Venezuela, resultó muy dudosa porque Panamá no tenía entonces Ejército y porque el presidente venezolano del momento negó tajantemente haber comprado armamento.

Protegido por el fuero parlamentario

El caso saltó a la luz pública a raíz de las declaraciones de un interventor militar, y provocó la inesperada detención, en junio de 2001, de Carlos Saúl Menem, que pasó seis meses en custodia, hasta que la Corte Suprema, cuyos miembros habían sido nombrados durante su último mandato, decidió cerrar el caso y dejarle en libertad. Investigaciones periodísticas y denuncias particulares llevaron, sin embargo, a que se abriera un nuevo proceso. En 2007 el ministerio público fiscal solicitó la apertura del proceso y una condena de 8 años de prisión para Carlos Menem y para el traficante de armas Diego Palleros y de siete años para Emir Yoma, y Oscar Comilion. El ex jefe de la Fuerza Aérea, Juan Paulik, fue también imputado, con una solicitud de pena de tres años.

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Menem, candidato peronista, ocupó la presidencia tras el radical Raúl Alfonsín, que le cedió el mando seis meses antes de que finalizara su mandato, por las enormes dificultades económicas que atravesaba Argentina. Menem desarrolló inmediatamente una política neoliberal y puso en marcha un enorme proceso de privatización de prácticamente toda la industria y grandes empresas de carácter nacional, lo que dio origen a uno de los periodos de corrupción político-económica más importantes de la historia reciente del país. Además, el presidente justicialista no solo revalidó las leyes de Obediencia Debida sino que concedió la amnistía y permitió salir de la cárcel a los generales que dirigieron la feroz dictadura de 1976-1983 y que se encontraban en prisión, con fuertes condenas, cuando Alfonsín abandonó la Casa Rosada.

Carlos Menem no hubiera ido a la cárcel aun en el caso de ser declarado culpable, porque, como senador, disfruta de fuero parlamentario y para que la sentencia fuera ejecutiva la Cámara Alta tendría que haberle desposeído de ese privilegio. Algo poco probable, dado que Menem siempre ha contado con el apoyo encubierto de los kirchneristas, a los que el expresidente presta su voto (o su ausencia) en todas las ocasiones en que las que el Gobierno lo ha necesitado.

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