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Ucrania se condena al aislamiento

La sentencia que impone a la ex primera ministra Yulia Timoshenko siete años de cárcel en un juicio sin garantías aleja de Europa al régimen de Yanukóvich El juez considera probado que la dirigente política abusó de su poder en la firma de un contrato de suministro de gas con Rusia en 2009

Pilar Bonet
Yulia Timoshenko recibe un abrazo de su esposo, Aleksandr, durante la audiencia celebrada hoy.
Yulia Timoshenko recibe un abrazo de su esposo, Aleksandr, durante la audiencia celebrada hoy.EFE

La condena de la ex primera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko, a siete años de cárcel por firmar unos acuerdos de suministro de gas ruso con Rusia en 2009 ha provocado el aislamiento internacional del presidente Víctor Yanukóvich. La Unión Europea, Estados Unidos y Rusia, los principales socios estratégicos de Ucrania, han reaccionado de forma crítica al proceso judicial de inspiración política que, además de condenar a Timoshenko, la ha inhabilitado para ocupar cargos estatales durante tres años y la ha obligado a pagar 1.500 millones de grivnias (cerca de 150 millones de euros) en concepto de compensación por los prejuicios supuestamente ocasionados a la compañía Naftogaz Ukraina (la empresa estatal de hidrocarburos ucrania).

Obligado a reaccionar por las presiones internacionales, Yanukóvich, que en su juventud tuvo antecedentes penales, manifestó que la sentencia “no es definitiva” y que Timoshenko, su rival en las elecciones presidenciales de 2010, puede apelarla en el plazo de 15 días. Yanukóvich admitió que la condena “es sin duda un embarazoso caso que dificulta la integración europea de Ucrania”. Timoshenko ha acusado al jefe del Estado de ser el autor del proceso y ha anunciado que apelará al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Rusia, Estados Unidos y la UE, los principales  socios, han criticado el ‘juicio político’

Desde Pekín, donde se encuentra, el jefe del Gobierno ruso, Vladímir Putin, que negoció los contratos en liza, dijo no comprender por qué habían condenado a su excolega. “Timoshenko para nosotros, y para mí personalmente, no es ni un amigo ni un pariente, sino que es más bien un adversario político porque siempre estuvo orientada hacia Occidente”, manifestó. La ex primera ministra ucrania no firmó ningún contrato, ya que estos fueron concertados por Gazprom y su socio ucranio, Naftogaz Ucraina, de acuerdo con la legislación de Rusia y de Ucrania y el derecho internacional, explicó Putin. Y agregó que los documentos habían sido preparados de acuerdo con las fórmulas que Gazprom aplica a otros socios europeos. “Poner en duda todo este conjunto de acuerdos es peligroso y contraproducente”, sentenció. En la actualidad, los dirigentes ucranios están negociando con Rusia para modificar aquellos contratos y en el curso de las negociaciones se ha vuelto a plantear la idea de crear un consorcio internacional con participación de la UE para gestionar la red de transporte de gas de Ucrania. Si el proceso de Timoshenko era un eslabón para conseguir que fueran anulados, al régimen de Yanukóvich le ha salido el tiro por la culata.

Por su parte, el ministerio de Exteriores de Rusia emitió un comunicado en el que se afirma que la sentencia tiene “una clara connotación antirrusa”. “De hecho, a Timoshenko la han juzgado por acuerdos vigentes, vinculantes y no abolidos entre Gazprom y Naftogaz Ucraina”, señala. “Los dirigentes de muchos Estados y la opinión pública internacional consideran todo este proceso judicial como el resultado exclusivo de motivos políticos”. “Al condenar a Timoshenko por excederse en sus competencias (…) el tribunal ignoró las pruebas convincentes de que los citados contratos fueron redactados en cumplimiento de la legislación de Rusia y Ucrania y de acuerdo con las normas del derecho internacional”.

Policías antidisturbios detienen a un partidario de Timoshenko frente al tribunal.
Policías antidisturbios detienen a un partidario de Timoshenko frente al tribunal.AP
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A principios de la pasada década, siendo diputada de la Rada Suprema (Parlamento de Ucrania), Timoshenko fue procesada por su papel en el modelo vigente por entonces de suministro de gas ruso a Ucrania e incluso llegó a estar detenida en Kiev. Sin embargo, los procesos iniciados contra ella, tanto en Rusia como en Ucrania, fueron cerrados tras la victoria del equipo naranja (Timoshenko y Víctor Yúshenko) en las elecciones de 2004.

El juez Rodión Kiriyev leyó ayer en Kiev la sentencia durante más de cuatro horas, durante las cuales la ex primera ministra le interrumpió en varias ocasiones. Enfundada en un abrigo blanco y tocada con su característica trenza, la Juana de Arco de la Revolución Naranja (el movimiento popular contra el fraude electoral en otoño de 2004), manifestó que la condena supone un retorno a las purgas estalinistas de 1937. “Ningún régimen autoritario ni sus sentencias van a detenerme. El tribunal ha pisoteado la Constitución y la justicia”, señaló. “Os exhorto a la lucha. Estamos en un momento muy difícil y de gran responsabilidad. Debemos defender a Ucrania del autoritarismo. No os descorazonéis”.

Durante el juicio de Timoshenko, el expresidente de Ucrania Víctor Yúshenko prestó declaración contra su antigua aliada de la Revolución Naranja. Los ucranios están cansados de los sobresaltos políticos de los últimos años, pero cerca de 5.000 personas salieron a la plaza de la Independencia de Kiev en apoyo de la ex primera ministra.

“Ningún régimen autoritario ni sus sentencias van a detenerme. El tribunal ha pisoteado la Constitución y la justicia”, afirma

La popularidad de Yanukóvich está en declive y lo mismo sucede con Timoshenko, que a principios de 2010 se resistió a reconocer su derrota electoral en los comicios presidenciales. Recientemente, la Rada Suprema de Kiev aprobó en primera lectura la despenalización de algunos delitos económicos. Sin embargo, esas enmiendas al código penal no afectaban a los delitos por los que ha sido condenada Timoshenko. Para Yanukóvich, una forma de salvar la cara podría ser la introducción de otra enmienda que despenalice los delitos que afectan a Timoshenko en la segunda lectura de la nueva ley penal.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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