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Españoles en la mira de los secuestradores

En los últimos años, varios ciudadanos españoles han sido secuestrados en África

Cinco tripulantes de un petrolero en Togo

El petrolero Mattheos I fue secuestrado el pasado 14 de septiembre a unas 60 millas de de Togo. Tenía 23 tripulantes a bordo. La tripulación del buque estaba formada por cinco españoles -cuatro oficiales y un aprendiz-, dos peruanos, dos ucranios y 14 filipinos.

Los rehenes fueron liberados 10 días después cuando los piratas, 11 en total, abandonaron el buque a unas 200 millas al sureste de Togo, frente a las costas de Nigeria, tras sustraer parte de la carga, entre 5.000 y 10.000 toneladas de gasoil.

Un fotógrafo en Libia

Manuel Varela de Seijas, conocido profesionalmente como Manu Brabo, fue secuestrado el 5 de abril en las proximidades de la ciudad libia de Brega. El fotógrafo asturiano, de 30 años, fue liberado el 18 de mayo, tras 43 días de cautiverio, en el hotel Rixos de Trípoli junto a otros tres periodistas: los estadounidenses James Foley y Clare Gillis y el británico Nigel Chandler.

Dos marineros en Somalia

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Juan Alfonso Rey Echeverri y José Alfonso García fueron secuestrados por piratas somalíes el 27 de diciembre de 2010. Rey (42 años, nacido en la localidad coruñesa de Muros) y García (de Pontevedra) eran capitán y contramaestre, respectivamente, del buque Vega 5, operado por Pescanova, con 24 tripulantes a bordo. El barco fue capturado al suroeste de las Islas Comoras, en las aguas entre Mozambique y Madagascar.

Días después, el 11 de enero, el pesquero fue fondeado frente al puerto somalí de Haradhere, donde permaneció hasta comienzos de marzo, cuando abandonó Somalia para ser utilizado por los piratas como nave nodriza para sus operaciones de abordaje. Sin embargo, los dos marineros gallegos no fueron embarcados y permanecieron en Somalia. Quedaron en libertad el 15 de mayo de este año.

Tres cooperantes en Mauritania

Tres cooperantes catalanes fueron secuestrados por Al Qaeda el 29 de noviembre de 2010 a 150 kilómetros de Nuakchot (Mauritania). Viajaban en una caravana de cinco vehículos cuando fueron asaltados por cuatro secuestradores en la carretera que une la capital con Nuadibú (Malí). Se tratataba de Alicia Gámez (45 años, funcionaria de un juzgado de instrucción de L'Hospitalet de Llobregat, en Barcelona), Albert Vilalta (35 años, ingeniero de caminos) y Roque Pascual (51 años, consejero delegado de una constructora). Todos formaban parte de la ONG Barcelona Acció Solidària .

El 10 de marzo de 2010 fue liberada Gámez, tras más de tres meses de secuestro. Los otros dos, Vilalta y Pascual, ambos con problemas de salud,  permanecieron en manos de la célula terrorista comandada por Mokhtar Belmokhtar. El 22 de agosto de ese mismo año se anunció su liberación tras 267 días de secuestro.

Un médico en Congo

El 1 de abril de 2010, Mario Sarsa Manresa fue secuestrado por rebeldes de la etnia enyele en la República Democrática del Congo. El médico de 56 años, de Villanúa (Huesca), estaba de vacaciones tras 12 años de estancia en Guinea Ecuatorial, donde ayudó a levantar una infraestructura sanitaria, y tres de ejercicio de la medicina en un consultorio local de Caspe (Zaragoza).

Sarsa fue apresado mientras viajaba a bordo de una embarcación en el río Congo, a 50 kilómetros de Mbandaka, cuando los enyele lanzaron una ofensiva contra esta localidad y su aeródromo que se saldó con una veintena de muertos, entre ellos tres cascos azules. Fue liberado el 13 de mayo de ese mismo año.

Dieciséis marineros en el Océano Índico

El pesquero vasco Alakrana, con 36 tripulantes (entre ellos, 16 españoles), fue secuestrado por piratas somalíes el 2 de octubre de 2009. Tras la detención de dos de los implicados en la captura y un tira y afloja entre piratas y Exteriores, el 17 de noviembre el Alakrana navegó libre en dirección a las Seychelles.

Una cooperante en Somalia

En diciembre de 2007, la doctora leonesa de Médicos Sin Fronteras Mercedes García (51 años) fue capturada en Somalia junto con una enfermera argentina, Pilar Bauza (36 años). Fueron liberadas a los tres días. Los dos Gobiernos negaron haber pagado a los secuestradores.

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