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China ordena pagar 1,7 millones de euros a Ai Weiwei por evasión de impuestos

Taiwán organiza una gran exposición del controvertido artista y disidente

Ai Weiwei en el tribunal de Wenyuhe en Pekín.
Ai Weiwei en el tribunal de Wenyuhe en Pekín.Andy Wong (AP)

El artista y disidente chino Ai Weiwei ha recibido hoy una notificación de las autoridades, en la que le ordenan que pague 15 millones de yuanes (1,7 millones de euros), en concepto de impuestos evadidos, multas y retrasos, por parte de la compañía para la que trabaja como diseñador. Ai asegura que ha rechazado aceptar la orden oficial y que no responderá a la demanda hasta que sean devueltos los libros de contabilidad de la empresa y pueda hablar con el contable y el gestor de esta. Dice que solamente pagará si realmente se trata de un problema de impuestos. Sus simpatizantes afirman que la medida es un castigo por su disidencia política y sus aceradas críticas al Gobierno.

Ai, de 54 años, conocido, entre otros, por su diseño del estadio olímpico de Pekín –el ‘Nido de Pájaro’-, fue detenido el pasado 3 de abril en el aeropuerto de Pekín, y permaneció en manos de las autoridades sin cargos durante más de dos meses. Fue soltado el 22 de junio, bajo fianza. Entre las condiciones impuestas para su liberación, está que no conceda entrevistas a la prensa extranjera y que no salga de Pekín durante un año.

Su desaparición provocó las protestas internacionales de artistas, gobiernos occidentales y activistas. Se produjo en medio de una de las mayores campañas de represión contra la disidencia llevadas a cabo desde las manifestaciones de la plaza Tiananmen (1989), ante el miedo del Gobierno al contagio de las revoluciones ocurridas en el norte de África y Oriente Medio.

Ai Weiwei ha asegurado a la agencia Reuters que la notificación le califica de “verdadero controlador” de Beijing Fake Cultural Development, la compañía con la cual ha producido sus obras de arte y diseños. La empresa es propiedad de su esposa, Lu Qing, quien es la representante legal. “Han creado este nuevo título. Yo soy un diseñador de la compañía. No soy el director, ni siquiera el gestor. Evidentemente, el objetivo es ir contra mí”, ha afirmado. “Si es un problema de impuestos, pagaré. Si no, no lo haré”, ha dicho. “Todo este asunto es ridículo”.

Ai, uno de los artistas chinos de mayor renombre internacional, insiste que hasta la fecha no ha recibido ninguna evidencia de la supuesta evasión de impuestos, y que cuando ha planteado esta queja a las autoridades le han respondido: “Si el país dice que has evadido impuestos, entonces debes de haberlos evadido. ¿Por qué no pierdes la esperanza? Este país nunca cambiará sus métodos”.

La Oficina de Impuestos de Pekín le ha informado de que debe pagar 5,3 millones de yuanes en concepto de impuestos no abonados, 6,8 millones de yuanes en multas y alrededor de tres millones por retrasos. Ai afirma que le han dado 15 días para pagar, y que, si no lo hace, el caso será transferido al departamento de Seguridad Pública. Dice, también, que las autoridades han amenazado al gestor y al contable de la empresa para que no se reúnan con él. Los jueces realizaron una audiencia a puerta cerrada en julio, a la cual no autorizaron a asistir al artista, aunque sí pudo hacerlo su esposa.

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La orden del pago coincide con la inauguración el viernes pasado de una gran exposición de Ai Weiwei en Taiwán, a la cual no ha podido asistir. La muestra recoge diversas obras, como una foto tomada en la década de los 90 en la plaza Tiananmen, en Pekín, con el puño cerrado y el dedo corazón extendido, frente al retrato de Mao Zedong. Un gesto que repetiría posteriormente ante otros centros de poder del mundo, como la Casa Blanca, en Washington. La exhibición, en el museo de Bellas Artes de Taipei, incluye otros trabajos controvertidos, como una fotografía de Wei Jingsheng, uno de los disidentes chinos más conocidos, que pasó 15 años en la cárcel antes de exiliarse a Estados Unidos.

La exposición, titulada Ai Weiwei ausente, hace un recorrido por 21 obras desde 1983 hasta la actualidad, entre ellas, instalaciones, esculturas y vídeos. La pieza central es una gran instalación llamada ‘Forever Bicycles’ (bicicletas para siempre). Realizada con 1.200 bicicletas, engarzadas unas sobre otras, simboliza el proceso de cambio chino. El nombre hace referencia a una famosa marca china del popular vehículo de transporte.

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