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De hombre de Bashir en Darfur a jefe de los observadores de la Liga Árabe en Siria

Las ONG de defensa de Derechos Humanos critican la elección del general Dabi por su papel en el régimen sudanés y sus estrechas relaciones con el presidente, acusado de genocidio

El general sudanés, Musatafa Dabi, en Jartúm el pasado 22 de diciembre.
El general sudanés, Musatafa Dabi, en Jartúm el pasado 22 de diciembre.ASHRAF SHAZLY (AFP)

La hoja de servicios del general sudanés Mustafa Dabi, jefe de la misión de observadores de la Liga Árabe enviada a Siria, está íntimamente ligada al presidente sudanés Bashir y al conflicto de Darfur. Desde marzo de 2009 hay emitida por el Tribunal Penal Internacional una orden de arresto internacional contra Bashir por crímenes de guerra y lesa humanidad, ampliada en 2010 por una acusación de genocidio.

Nada más liderar el golpe de estado de 1989, Bashir colocó a Dabi como jefe de la inteligencia militar, un puesto clave tras la asonada. Ocupó el cargo hasta el año 1995, cuando pasó a encargarse de la inteligencia exterior. Durante este periodo Osama Bin Laden usó Sudán como refugio, con el beneplácito de Bashir. Un año después Dabi asumió la jefatura de las operaciones del Ejército, cargo que ocupó hasta 1999 para dar el salto a la diplomacia, como embajador en Catar, hasta el 2004. Precisamente el emirato fue el patrocinador de unas conversaciones de paz para Darfur, con el general Dabi como representante de Jartum. Catar también ha sido el país que más ha presionado dentro de la Liga Árabe para que se envíe a una comisión de observadores a Siria.

Despierta un especial recelo en las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos su papel en Darfur. El general Dabi fue el impulsor de las llamadas Fuerzas de Paz, creadas para “restablecer la calma”, y que actuaron en realidad como un apoyo soterrado para los Janjawid, milicia que aglutina a las tribus árabes partidarias de Jartum y brazo ejecutor del genocidio contra los grupos étnicos de los Fur, Zaghawa y los Masali, siempre negado por el régimen, y que la ONU eleva hasta 300.000 el número de víctimas.

“Sudán registró récords de abusos durante el periodo en el que Dabi fue jefe de la inteligencia militar", declara Jehanne Henry, investigadora para África de Human Rights Watch (HRW). "Con el nombramiento, la Liga Árabe mina la credibilidad de la misión”, continúa . “La misión de la Liga Árabe es más que un individuo y esperamos, por el bien del pueblo sirio, que los esfuerzos de los observadores avancen desde este titubeante inicio y marquen una real diferencia sobre el terreno”, añade Henry.

Los servicios secretos sudaneses han estado implicados en la violación de Derechos Humano”  Jehanne Henry, defensora de HRW

Con todas estas credenciales, la publicación americana Forieng Policy calificaba a Dabi "como el peor observador de Derechos Humanos del Mundo".

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Al problema de credibilidad de Dabi como jefe de la misión, se añade el desconocimiento sobre la composición y capacitación del resto de la misión. “No sabemos cuántos observadores hay, porque primero la Liga Árabe dijo que iba a ser 50, para luego ampliarla hasta 150”, cuenta el politólogo sirio Salam Kawakibi, del centro de estudios The Arab Reform Initiative. “Los grupos opositores han estado siempre de acuerdo con la iniciativa árabe, porque no quieren que se les acuse de que solo quieren una intervención extranjera”, añade. “Están allí, que es importante, pero no se sabe si cuentan con los medios necesarios, si la gente va a poder hablar con ellos con total libertad y si la elección de Dabi le resta toda credibilidad”, puntualiza, recordando que esta es la primera misión de este tipo que organiza la Liga Árabe en sus 66 años de historia.

"La clave es si la misión de la Liga Árabe va a tener un acceso sin obstáculos a todos los detenidos", señala Herny desde HRW. "Hemos documentado los esfuerzos de las autoridades sirias para trasladar a los prisioneros, aparentemente para evitar a los observadores. Es esencial que la Liga Árabe haga un seguimiento de estos hechos, y que hable clara y públicamente contra estas prácticas", concluye.

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