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EE UU aprueba sanciones a Teherán, pero con margen de maniobra

La ley excluye del mercado financiero de EE UU a las empresas que hagan negocios con el Banco Central iraní, pero entrará en vigor dentro de seis meses

La ley de defensa ratificada por Barack Obama en las últimas horas de 2011 incluye un aumento de las sanciones contra el banco central de Irán, al que se califica de instrumento fundamental para el lavado de dinero con el que se financia el programa nuclear del régimen de los ayatolás. Supone, potencialmente, uno de los mayores paquetes de penalizaciones de Washington a Teherán, ya que impone sanciones a todas aquellas personas o entidades que hagan negocios con el banco central iraní, el banco Markazi.

La Casa Blanca, sin embargo, ha logrado margen de maniobra para no abrir un conflicto directo con Irán de forma inmediata. Por una parte, es Obama quien debe decidir qué tipo de sanciones impone. Por otra, esas penalizaciones no entrarán en vigor hasta dentro de seis meses, lo que le ofrece a Teherán la posibilidad de reaccionar y evitar un mayor aislamiento en la escena financiera internacional. Es más, el presidente puede anular las sanciones por motivos de “seguridad nacional”, según contempla la ley.

“El Tesoro [ministerio de Economía] considera a la totalidad del sector bancario iraní, incluido el Banco Central de Irán, como un instrumento de financiación del terrorismo y de la proliferación [nuclear], y una vía de lavado de dinero en el sistema financiero global”, dice el texto de la norma. La intención del Senado con esa medida es dificultar la venta de petróleo por parte de Irán, un recurso que supone el 80% de la riqueza nacional de ese país.

Precio del petróleo

La probable entrada en vigor de estas sanciones ha provocado una escalada reciente de la tensión entre Washington y Teherán, agravada por una serie de maniobras navales iraníes en el estrecho de Ormuz. La mera posibilidad de que los ayatolás pudieran cerrar ese estrecho, por el que pasa una buena parte de la producción mundial de crudo, ha hecho que el precio del barril de crudo supere los 100 dólares.

Obama se ha opuesto a aplicar inmediatamente las sanciones, para evitar una crisis energética y un aumento mayor de los precios del petróleo, en plena crisis económica. En un comunicado, ha dicho que provisiones semejantes suponen una injerencia sobre su “autoridad constitucional para gestionar las relaciones exteriores, imponiéndole al Ejecutivo ciertas posturas en negociaciones o en conversaciones con gobiernos extranjeros”. El presidente ha concluido que considera esa provisión “no vinculante”.

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