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Los islamistas triunfan en las parlamentarias egipcias

Los Hermanos Musulmanes prohibidos en la época Mubarak dominarán la Cámara baja

Manifestación de este viernes en la plaza Tahrir.
Manifestación de este viernes en la plaza Tahrir. KHALED ELFOQI (EFE)

Los partidos islamistas han arrasado en las elecciones legislativas de Egipto y han logrado tres cuartos del total de escaños de la Asamblea del Pueblo o cámara baja del Parlamento, según cifras definitivas difundidas hoy por la Comisión Electoral.

Las cifras dejan a los Hermanos Musulmanes del Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ) como triunfadores con 127 diputados, un 38% de los escaños. A una escasa distancia, los ultraconservadores salafistas de Al Nur, con 96 asientos, (29% de la Cámara) y con un 3% la escisión de los Hermanos Musulmanes, Al Wasat, que ha obtenido 10 parlamentarios. Un islamista, Saad el Katatni, secretario general del PLJ será el primer presidente de la Asamblea del Pueblo, como se conoce el Congreso egipcio, según un acuerdo que se ha hecho público esta semana.

Tras los islamistas del PLJ y Al Nur, en tercer lugar se ha colocado el partido Wafd, el más antiguo de Egipto, que ha obtenido 36 escaños (un 11%). Tras estos, los liberales del Bloque Egipcio, han sumado 33 escaños (el 10%).

El Parlamento egipcio consta de 508 escaños, diez de los cuales son designados libremente por el presidente de la República, cuyas funciones ostenta en la actualidad el mariscal Mohamed Hussein Tantaui, al frente de la Junta militar que gobierna desde la renuncia forzada de Hosni Mubarak. En estas legislativas que se desarrollan por un sistema mixto, se ha reservado un tercio de los 498 asientos restantes, 166, para candidatos independientes. La experiencia de comicios anteriores demuestra que la mayor parte de candidatos independientes están vinculados a alguna formación política. De ese modo los Hermanos Musulmanes consiguieron, a pesar de estar ilegalizados, hacerse con un quinto del Parlamento en 2005. Algunos miembros preeminentes de esta cofradía, como el exparlamentario Mohamed Beltegy, han concurrido a estas elecciones de forma independiente. Esa estrategia, ha permitido que fueran fácilmente reconocibles por los votantes, mientras que candidatos menos populares han ido bajo el ala del PLJ, asegurando así el voto para la hermandad musulmana. Se espera que sumando los candidatos independientes vinculados a las formaciones islamistas el porcentaje sea equivalente, logrando estos al menos el control de dos tercios de la Cámara.

El nuevo Parlamento celebrará su primera sesión el próximo lunes 23 de enero, solo dos días antes de que se conmemore el primer aniversario del alzamiento popular que acabó con la dictadura de Hosni Mubarak. De esa forma se cierra un proceso escalonado de votación, iniciado el pasado 28 de noviembre y que ha estado salpicado de violencia por las protestas contra la Junta militar y la exigencia de que traspasen el poder a una autoridad civil. Al menos 60 personas han perdido la vida en el tiempo que han durado las elecciones, en su mayoría por disparos, durante la represión de dichas manifestaciones.

EL próximo 29 de enero empezará el proceso para elegir al consejo de la Shura, la Cámara alta. El Congreso electo deberá nombrar una comisión que redacte una nueva Constitución que será sometida a referéndum el 15 de mayo, según ha anunciado la Junta militar, apenas un mes antes de que se celebren las elecciones presidenciales previstas para el mes de junio. Pero existen dudas sobre el poder real que tendrá dicho Parlamento mientras la autoridad militar siga al frente del país. No goza de gran predicamento el último Gobierno de transición encabezado por Kamal Ganzury, tras la renuncia del Ejecutivo del primer ministro Essam Sharaf, en protesta por las muertes de manifestantes.

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El de Ganzury es un gabinete con funciones limitadas que no tiene potestad sobre la judicatura ni sobre lo que atañe a la milicia. Los Hermanos Musulmanes han manifestado su intención de actuar con plenos poderes, pero lo cierto es que su política se ha alineado de tal forma con la del Ejército que pocos dudan de un acuerdo tácito que pasaría por permitir a los militares conservar sus prebendas, mientras ellos ostentan el poder político. Algo que, para algunos egipcios parece constatar su intención de ofrecer inmunidad a los militares por los actos cometidos este último año, según el diario The Washington Post.

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