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Un arma de doble filo

Los embargos económicos tienen una eficacia limitada y causan un daño indirecto a la población civil

Andrea Rizzi

Decenas de embargos o sanciones económicas de amplia envergadura han sido infligidas desde la I Guerra Mundial. En la gran mayoría de los casos, estas formas de presión no-violenta no han logrado el objetivo principal del derrocamiento del régimen en cuestión o un sensible cambio de rumbo del mismo. El caso cubano y las sanciones impuestas al Irak de Sadam son quizá los más evidentes. A menudo, los pueblos han sufrido graves consecuencias indirectas de esas medidas; a veces, los regímenes han logrado utilizarlos como una herramienta para consolidar su posición interna, fomentando el miedo y el odio hacia el exterior. Por ello, los embargos totales ya están fuera de la agenda internacional.

Sin embargo, también existen varios casos en los que los embargos contribuyeron de manera significativa a obtener al menos parcialmente los resultados esperados. Así fue en un 34% de los alrededor de 200 casos de embargo o sanción económica de envergadura aplicados desde 1914 y analizados en Economic Sanctions Reconsidered, un estudio del Peterson Institute. A continuación, algunos de los episodios más importantes de la historia reciente:

» Cuba. EE UU aplica desde 1960 un amplio embargo económico, comercial y financiero, que ha experimentado algunas variaciones a lo largo de las décadas, pero que no ha agrietado el poder de los Castro en la isla.

» Sudáfrica. El apartheid fue sometido a un creciente aislamiento desde 1963, cuando la ONU dictó un embargo de armas. Posteriormente, el bloqueo se extendió a la venta de petróleo, a otras formas de relaciones comerciales y culturales, lo que sin duda facilitó el fin del régimen racista.

» Irak. Tras la invasión de Kuwait en 1990, la ONU dictó un embargo financiero y comercial cuasi total sobre el país gobernado por Sadam Husein. Las medidas, que se aplicaron hasta 2003, causaron indirectamente graves sufrimientos al pueblo iraquí. Sadam solo fue derrocado cuando las Fuerzas Armadas estadounidenses le atacaron militarmente.

» Libia. Tras el atentado contra el vuelo de Pan Am en 1988, la ONU aprobó, en 1992, un conjunto de medidas contra el régimen de Gadafi, que incluía un embargo de armas y a la industria petrolera. EE UU aplicó a título bilateral medidas todavía más duras. Los analistas consideran que esa presión contribuyó a que Gadafi abandonara su programa nuclear.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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