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La amenaza del terrorismo islamista mantiene en vilo a Nigeria

La policía ha encontrado diez vehículos cargados de explosivos repartidos por la ciudad de Kano. 186 personas murieron en los ataques del viernes de la secta Boko Haram

Policías armados vigilan la ciudad de Kano.
Policías armados vigilan la ciudad de Kano. Sunday Alamba (AP)

Mientras la ciudad de Kano, al norte de Nigeria, trata de recuperarse de la masacre perpetrada el fin de semana por la secta islamista Boko Haram, la investigación policial ha mostrado que la serie de atentados podría haber sido mucho peor y haber ocasionado muchas más de las 186 muertes confirmadas.

La policía dijo este lunes que había encontrado repartidos por Kano diez vehículos cargados con explosivos y listos para ser detonados. También encontró unas 300 bombas en latas de aluminio y ocho bidones que contenían cada uno cerca de 350 kilogramos de explosivos.

“La gente en Kano está muy afectada, están aterrorizados y temen que vuelva a haber otros atentados, ya que parece que Boko Haram cumple sus amenazas y han dicho que van a continuar atacando”, dice desde Kano un joven que por temor a represalias prefiere identificarse por su alias, ‘Dawisu’.

La pregunta que flota en el ambiente es cómo y cuándo se producirá el próximo atentado.

Los ataques del viernes y la escasa coordinación han vuelto a dejar en evidencia a las autoridades nigerianas, que en todo momento se han mostrado incapaces de prevenir o detener este tipo de ataques.

“Primero, ¿cómo combates un enemigo que es invisible? Y segundo, la policía no está bien equipada, ¡esta gente [Boko Haram] tiene mejores armas que los policías!”,añade Dawisu, que cuenta que anoche y esta mañana se han producido varios tiroteos en la ciudad.

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"Parece claro que el Gobierno no tiene ningún plan ni sabe muy bien qué hacer respecto a Boko Haram", coincide Yemi Adamolekun, de la plataforma Enough is Enough (Ya Basta), desde Lagos.

"En este caso, quizá las autoridades deberían pedir ayuda y traer a gente de otros países que hayan vivido una situación similar y que puedan ofrecernos asistencia estratégica y una cierta guía sobre lo que se podría hacer", añade Adamolekun, que lamenta la lentitud y la inefectividad de las autoridades para reaccionar ante los ataques.

Los últimos atentados también muestran la transformación de Boko Haram desde que en julio de 2009 iniciara su campaña de actividades violentas. Su modus operandi se basaba entonces en atentados en los que uno o dos hombres armados llegaban a la escena en moto, disparaban y se marchaban.

En un principio, las reclamaciones de la secta eran de orden religioso y pretendían extender la ley islámica Sharia, ya presente en los Estados del norte de Nigeria desde 1999.

En la actualidad, Boko Haram defiende sus acciones alegando que sus simpatizantes sufren injusticias a manos de las autoridades y denunciando que el norte del país está subdesarrollado debido a la corrupción y a la falta de interés

del Gobierno central. Los 160 millones de habitantes de Nigeria se dividen casi a partes iguales entre el norte, de mayoría musulmana y más pobre, y el sur, predominantemente cristiano.

Pero ataques indiscriminados y contra edificios oficiales en ciudades mayoritariamente musulmanas como Kano no distinguen entre las víctimas. “Un 80% de los muertos en Kano eran musulmanes”, cuenta Dawisu, “no se trata de musulmanes contra cristianos sino de terroristas contra nigerianos”.

El reverendo Isaac Achi está de acuerdo. Achi es el párroco de la iglesia de SantaTeresa en Madalla, cerca de la capital Abuja, donde el día de navidad un atentado de Boko Haram mató a 44 personas. Representantes de la comunidad musulmana acudieron a Santa Teresa a ofrecer sus condolencias tras el atentado.“Aquí musulmanes y cristianos somos hermanos, de hecho hay familias en las que hay dos hijos que son cristianos y los otros dos son musulmanes”, dice Achi, “Boko Haram lo que son es terroristas”.

Desde que Boko Haram iniciara su campaña de violencia en Nigeria en julio de 2009, al menos 935 personas han muerto en 164 ataques atribuidos a esta secta, según contabiliza Human Rights Watch (HRW) en un informe publicado este martes.

Boko Haram aumentó el número de ataques y su intensidad a lo largo de 2011, cuando en total mató a al menos 550 personas. Sin embargo, las últimas semanas y en especial el pasado fin de semana han sido los más sangrientos en la historia de este grupo. Más de 250 personas han muerto en ataques de Boko Haram en lo que llevamos de año, sin contar las cerca de 50 víctimas de los atentados de los días de navidad.

"Las autoridades nigerianas deben poner fin a esta campaña de terror y llevar ante la justicia a los responsables de planear y llevar a cabo estos crímenes reprensibles", señala Corinne Dufka, investigadora de HRW para el oeste de África. 

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