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Sombras de guerra sucia en Turquía

Detenidos cuatro altos cargos de los servicios secretos acusados de colaboración con el PKK

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.ADEM ALTAN (AFP)

¿Puede el servicio de inteligencia turca estar detrás de atentados de la guerrilla separatista kurda (PKK)? Esta es la pregunta que se hacen esta semana los turcos, después de que la semana pasada la fiscalía emitiera una orden de detención a cuatro altos cargos de sus servicios secretos (MIT) por colaborar con la guerrilla. Se les investiga por su participación en mayo de 2011 en una reunión secreta con el PKK celebrada en la ciudad de Oslo para negociar un proceso de paz. La delación ha abierto un intenso debate en Ankara. La acusación de colaboración con banda armada recuerda a la emitida hace un mes contra Ilker Basbug, exjefe de las Fuerzas Armadas turcas con las que el MIT colabora estrechamente.

Se desconoce quién está detrás de este ataque al MIT y esa es la gran incógnita que los analistas turcos intentan despejar. Muchos aseguran que el objetivo del fiscal, que ya ha sido relegado de su cargo por abuso de poder, era minar el poder del MIT y asestar otro golpe a las antaño todopoderosas Fuerzas Armadas, tradicionales guardianes de los cimientos laicos sobre los que se sustenta Turquía. Esta versión de lo sucedido tendría como instigadores al actual Gobierno en el poder, que ha intentado desde 2007 acabar con la supremacía de los uniformados, y al movimiento islamista Milli Görüs.

Sin embargo, otros aseguran que tal teoría carece de fundamentos, ya que fue el propio primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, el que autorizó las reuniones secretas de Oslo. Sería, en fin, el responsable último de que los servicios secretos se extralimitarán en sus funciones.

“Uno no puede infiltrarse sin cometer crímenes"

Consciente de que la polémica podría explotarle en las manos, el Gobierno ha movido rápidamente ficha. Comenzó por defender la actuación de sus servicios secretos: “No puedo pensar en mayor error que el de considerar a las personas que se han infiltrado entre los terroristas como personas que cooperan con terroristas”, dijo la semana pasada el viceprimer ministro turco, Bekir Bozbag, quien, no obstante, apuntilló: “Uno no puede infiltrarse sin cometer crímenes”.

Y eso es precisamente lo que se discute hoy en la Comisión de Justicia del Parlamento turco. Una propuesta de ley que blinde las actuaciones del Gobierno y la de sus servicios secretos. La enmienda establece que los empleados del MIT y aquellas personas asignadas por el primer ministro a “tareas especiales”, “no podrán ser procesados por los delitos que se deriven de la naturaleza de sus funciones sin el permiso de este [el primer ministro]”.

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"Es un intento inconstitucional de repartir inmunidades judiciales"

El proyecto de ley, critica la oposición, da carta blanca al MIT para cometer todo tipo de abusos. “Es un intento inconstitucional de repartir inmunidades judiciales” ha criticado esta mañana la diputada del partido kemalista Muharrem Ince. En los mismos términos se ha expresado Oktay Vural, diputado del partido Nacionalista (MHP): “El Gobierno está intentando blindar actos ilegales. Bajo esta premisa, un asesinato podría ser legal para aquellos que el primer ministro asigne a una tarea especial”.

Ayer, la policía detuvo a 100 personas por su supuesta colaboración con la Unión Comunitaria Kurda, KCK, organización paraguas que engloba a simpatizantes de la causa kurda y que el Gobierno define como la “facción urbana del PKK”. Estas detenciones, están hechas por tribunales especiales, que se amparan en la ley antiterrorista. 

De aprobarse esta semana, el nuevo proyecto de ley reforzaría la acción de estos tribunales, además de crear una nueva casta de agentes inmunes bajo las órdenes directas del primer ministro.

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