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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El nuevo Estado libio

Haizam Amirah Fernández

Frente a la hiperconcentración de poderes que impuso el gadafismo durante décadas es perfectamente comprensible que, una vez caído el dictador, se abra -o se recupere- el debate sobre el modelo de organización territorial y política para la nueva etapa. En Libia han existido rivalidades regionales desde tiempos lejanos, pero también voluntad de mantener el país unido. Si los habitantes de la Cirenaica hubiesen querido la partición, lo habrían tenido fácil durante los inicios de la revolución de 2011. Sin embargo, aunque no represente a la mayoría, lo ocurrido en Bengasi es el reflejo de un malestar profundo que podría complicar la construcción del nuevo Estado libio. Por ello, tanto las autoridades transitorias como las que se elegirán en los próximos meses tendrán que trabajar duro para atender a la población, crear un sistema inclusivo y avanzar serenamente hacia la descentralización del poder. La población libia, que tanto ha sacrificado para vivir en libertad, tiene que sentir una mayor presencia del Estado en todo el territorio, con instituciones al servicio del ciudadano y no sólo con fuerzas de seguridad encargadas de la represión.

La población libia tiene que sentir una mayor presencia del Estado en todo el territorio

Los próximos meses serán clave para el diseño del nuevo Estado libio, con unas elecciones previstas para junio y la redacción de una nueva Constitución. De ahí que se esté intensificando la movilización política y se estén echando pulsos que sirvan como elementos de negociación. El reto está en que las distintas fuerzas políticas y sociales libias sean capaces de distanciarse del unilateralismo y la exclusión propias de la anterior era. Si consiguen crear mecanismos de gobierno y de gestión transparentes e inclusivos, en Libia hay recursos de sobra para todos sus habitantes. Esos recursos, puestos al servicio del desarrollo del país, pueden contribuir a la prosperidad de vecinos como Egipto o Túnez, pero también de otros más al norte. España cuenta con una importante experiencia de su propia transición política. Darla a conocer a los libios podría redundar en el beneficio mutuo.

Haizam Amirah Fernández es investigador principal de Mundo Árabe en el Real Instituto Elcano

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