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Dos punk-feministas que cantan contra Putin dividen a Rusia

Dos chicas han sido encarceladas por cantar “Virgen María, echa a Putin” subidas al altar de la catedral de Moscú Pueden ser condenadas a siete años por incitación al odio religioso

Pilar Bonet
Una captura del vídeo de la irrupción del grupo punk Pussy Riot en una catedral de Moscú.
Una captura del vídeo de la irrupción del grupo punk Pussy Riot en una catedral de Moscú.

¿Qué hacer con ellas? Esta pregunta, que divide a la opinión pública rusa en Internet, se refiere a dos chicas del conjunto Pussy Riot (que se define como “punk-feminista”), susceptibles de ser condenadas a siete años por supuesta incitación al odio religioso. Las chicas, enmascaradas y vestidas con ropa de colores chillones, se encaramaron al altar de la Catedral del Cristo Salvador de Moscú el 21 de febrero y, con ayuda de megáfonos, entonaron una irreverente canción en contra del jefe de Gobierno Vladímir Putin. En enero, dos integrantes del Pussy Riot fueron multadas por cantar (también en contra de Putin) en la Plaza Roja.

Las dos detenidas (de un total de cinco participantes en la oración punk) permanecerán en el centro de detención preventiva hasta el 24 de abril, según una decisión judicial tomada en vísperas de las elecciones presidenciales del 4 marzo. Las encarceladas, Nadezhda Tolokónnikova y María Aléjina, se han declarado en huelga de hambre, alegan ser inocentes y no tener nada que ver con la plegaria con fines políticos: “Virgen María, echa a Putin”. Tolokónnikova es esposa de Petr Verzílov, uno de los fundadores de Voiná (Guerra), un grupo de activismo urbano que se ha caracterizado por sus impactantes happenings.

La dureza de la juez que no aceptó liberar a las activistas bajo fianza ha sorprendido incluso a fieles ortodoxos que no aprueban el comportamiento de Pussy Riot, pero que consideran exagerado que las integrantes del grupo puedan ser condenadas con una pena de siete años de cárcel. Hasta el defensor de Derechos Humanos de Rusia, Vladímir Lukin, recurriendo a citas ejemplares de Jesucristo, intercedió para que las chicas fueran liberadas el 8 de marzo, coincidiendo con el día de la Mujer. “No saben lo que se hacen”, dijo Lukin.

Por su parte, el bloguero y abogado Alexéi Navalni ha calificado de “estúpida” la acción de Pussy Riot. Es cierto que “las chicas hicieron una pequeña gamberrada para obtener publicidad”, ha opinado, pero su acción no es peligrosa para la sociedad y hay motivos para liberarlas. En las discusiones abundan quienes creen que las detenidas deberían ser sancionadas con algún trabajo social, como barrer la plaza del Cristo Salvador.

El caso ha llegado hasta el jefe de Gobierno de Rusia y presidente electo, Vladímir Putin, quien reaccionó “negativamente” a la actuación de las muchachas, según su secretario de Prensa, Dmitri Peskov.” Si violaron la ley, yo presento mis excusas a los sacerdotes y los creyentes”, dijo Putin el miércoles mientras festejaba su victoria con los periodistas rusos que cubren el Kremlin.

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En el internet ya hay varios miles de firmas en apoyo de una petición al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, para que interceda a favor de las chicas ante los tribunales con el fin de que éstos cierren el caso. El departamento de Prensa de la Iglesia Ortodoxa ha reaccionado con “incomprensión” ante la iniciativa, que pertenece a Lidia Moniava, la dirigente de un programa benéfico, y que será presentada en la patriarquía la semana próxima. Moniava no aprueba la actuación de las chicas en la iglesia, pero tampoco su persecución penal. “Sinceramente no entiendo porque presionan al patriarca Kiril para que infrinja la separación constitucional entre Iglesia y Estado”, ha comentado Vladímir Vigilianski, jefe del servicio de Prensa de la patriarquía, según la agencia Ria Nóvosti. Otro sacerdote, Vladímir Legoida, contrario a la condena de las activistas, ha señalado que parte de la sociedad tiene la falsa impresión de que las muchachas gamberras están en la cárcel a petición de la Iglesia Ortodoxa Rusa, lo que, según él, no es verdad.

Durante el día de la Mujer, varias decenas de activistas hicieron turnos frente a la sede municipal del ministerio del Interior de Moscú para solicitar la liberación de las Pussy Riot. Varios jóvenes intentaron sin éxito entrar en la Catedral para “rezar” por ellas.

El viernes en San Petersburgo, Anna Poróshina, estuvo varias horas frente a la Iglesia de Kazán portando un cartel en el que figuraba la letra de la canción entonada por las Pussy Riot en el templo: “Virgen María, echa a Putin”.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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