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Un enfrentamiento entre soldados e hinchas deja un niño muerto en Egipto

Los aficionados del Masry se enfurecieron tras la sanción a su equipo Una batalla campal en el estadio de este club en febrero causó la muerte de 74 personas

Fotografía de archivo tomada el 1 de febrero de 2012 que muestra a hinchas enfrentándose a la policía en el estadio de Port Said.
Fotografía de archivo tomada el 1 de febrero de 2012 que muestra a hinchas enfrentándose a la policía en el estadio de Port Said.EFE

La decisión de ayer de la Asociación Egipcia de Fútbol (AEF) de sancionar con dos años de suspensión al club Masry de Port Said por la masacre que tuvo lugar en su estadio el 1 de febrero, y en la que murieron al menos 74 personas, no dejó contento a nadie. Pero los más airados fueron los hinchas del Masry, que se enzarzaron en una batalla campal contra las fuerzas de seguridad. Un aficionado de 13 años murió a causa de los enfrentamientos.

El chico recibió un disparo en la espalda, y aunque fue trasladado inmediatamente al hospital de Port Said, los médicos no pudieron salvar su vida. Varias docenas de aficionados del Masry resultaron heridos cuando intentaron tomar las instalaciones del Canal de Suez como protesta por una sanción que consideran excesiva.

Además de suspender la participación del equipo de Port Said en la Primera División del fútbol egipcio, la AEF impuso el cierre de su estadio durante tres años. Puesto que el presente campeonato ha sido cancelado de forma definitiva como muestra de duelo por la matanza, en la práctica, el castigo al Masry es de sólo una temporada, la 2012-2013.

Para los Ultras Ahlawy, el grupo de seguidores más fanáticos del Ahly, el club más laureado del fútbol egipcio y al que pertenecían la mayoría de las víctimas, la pena impuesta por la AEF es demasiado benévola. En un comunicado publicado en su página de Facebook amenazaron con tomarse la justicia por su mano si no se adoptan medidas más contundentes.

"Nuestras demandas son las siguientes: un juicio rápido para los que cometieron o incitaron al crimen ... El Masry debe ser relegado tres años, y todas sus actividades suspendidas, si no, cualquier equipo que lo represente y salga de Port Said, deberá atenerse a las consecuencias", rezaba la amenazadora nota. 

La semana pasada la fiscalía imputó a 75 personas, entre ellas el máximo responsable de la seguridad de la ciudad, y otros altos cargos de la policía. También los dirigentes del Ahly expresaron el viernes por la noche su malestar con la decisión de la federación, y su junta directiva celebrará una reunión de urgencia el lunes para estudiar "las medidas adecuadas que preserven los derechos del club y sus fans". "Habrá sorpresas el lunes. Tomaremos una posición contra estas sanciones que no satisfacen a nadie. Esperábamos un castigo mucho más severo después del sufrimiento de nuestros fans", declaró Mahmud Allam, director ejecutivo del club.

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El Ahly no escapó a las sanciones por el comportamiento de sus jugadores y aficionados durante el partido que les enfrentó al Masry, y a cuya conclusión empezaron los disturbios. En concreto, el club cairota deberá jugar sus próximos cuatro partidos como local a puerta cerrada. Además, su entrenador, Manuel José, y el centrocampista Hossam Ghaly también fueron sancionados con cuatro partidos.

La masacre de Port Said desencadenó una crisis política en Egipto, que vive un atribulado proceso de transición tras la renuncia de Hosni Mubarak. Tanto las imágenes televisivas como numerosos testimonios presenciales denunciaron la absoluta pasividad de la policía durante los altercados. Los Ultras Ahlawy, que tuvieron un destacado papel en la Revolución, están convencidos que la matanza fue una venganza planeada.

 

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