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Arranca con gran expectación el primer juicio contra líderes golpistas turcos

Kenan Evren y Tahsin Sahinkaya, de 94 y 86 años, respectivamente, son los supervivientes de la Junta que tomó el poder el 12 de septiembre de 1980

Un grupo de manifestantes frente al tribunal en Ankara dopnde se juzga a dos generales que participaron en el golpe de Estado de 1980.
Un grupo de manifestantes frente al tribunal en Ankara dopnde se juzga a dos generales que participaron en el golpe de Estado de 1980.ADEM ALTAN (AFP)

La república de Turquía, que en 89 años ha vivido cuatro golpes de Estado, sienta por primera vez en el banquillo de los acusados a dos de los generales responsables de la asonada más sangrienta de su historia, la de septiembre de 1980. Desde primeras horas de la mañana cientos de personas llenaron la explanada frente a la Alta Corte Criminal de Ankara. Más de 150 testigos están citados por los jueces para declarar sobre la represión durante los meses posteriores al golpe de Estado. Otros 350 deberán esperar sesiones posteriores.

Los acusados son el general retirado y expresidente de Turquía, Kenan Evren, de 94 años y el comandante de las fuerza del Aire, Tahsin Sahinkaya, de 86 años. Son los últimos oficiales vivos de los que dirigieron el golpe de Estado contra el Gobierno conservador de Suleimán Demirel. El resto murieron tranquilamente retirados gracias a una amnistía que ellos mismos introdujeron en la actual Constitución turca y que les protegía de ser juzgados. La reforma constitucional de 2010 abolió este blindaje e hizo posible que miles de turcos se personasen en los juzgados a reclamar justicia.

Tanto Evren como Sahinkaya comparecen desde sus respectivos hogares a través de videoconferencia por motivos de salud. La Fiscalía solicita para ambos cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por “atentar contra las autoridades estatales” según el artículo 146 del antiguo Código Penal turco o lo que es lo mismo, derrocar el Parlamento y el orden constitucional.

La inestabilidad política y social de los años setenta fue el pretexto de los golpistas para perpetrar el golpe. El plan se materializó el 12 de septiembre de 1980, seguido por meses de brutal represión con más de 650.000 arrestos entre intelectuales, grupos de izquierdas, kurdos y asociaciones de extrema derecha, según datos oficiales del ministerio de Justicia. Miles de ellos fueron torturados, decenas más fueron sentenciados a muerte en tribunales marciales y cientos desaparecieron sin que sus familias hayan conseguido, todavía, recuperar sus restos.

Es el caso de Nergiz Sahindokuyucu, que esta mañana esperaba paciente en las puertas del tribunal de Ankara con la foto se su marido. Según contó a la prensa, su esposo fue detenido el 15 de marzo de 1981. “Al principio negaban que lo hubieran detenido. Luego me dijeron que se había suicidado saltando del sexto piso de la comisaría”, relató.

“El fiscal de Ankara debería también investigar la autorización de torturas sistemáticas por parte de las autoridades militares” explica Emma Sinclair-Webb de la ONG Human Rights Watch, que reclama que el juicio no se limite únicamente a juzgar a dos generales. “El proceso debería estar acompañado de una investigación penal de la red de militares, funcionarios públicos, policías y médicos que estuvieron involucrados en la política de tortura que el Estado promovió a lo largo del país”, recalca Sinclair-Webb.

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El primer ministro depuesto por los generales, Suleimán Demirel, anunció que no se personaría como acusación en el juicio, según aseguró al diario turco Sabah. El proceso, que desde su punto de vista, no logrará "nada bueno”.

El proceso contra los generales llega en un momento en el que Turquía también juzga a otros cientos de militares por una intentona golpista en 2003, el caso Balyoz (Mazo). Los militares están perdiendo rápidamente su antiguo prestigio como garantes de la Constitución y protectores del Estado Laico heredado de Mustafá Kemal Atatürk. En palabras de Sinclair-Webb, el golpe de 1980 “descarrió la incipiente democracia turca y marcó el comienzo de las restricciones a los derechos y las libertades que todavía existen en la actual Turquía”.

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