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Ban Ki-moon acusa a Marruecos de espiar a la ONU en el Sáhara

El secretario general lamenta las trabas que impiden trabajar a los “cascos azules” en la antigua colonia

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, acusa a Marruecos de espiar a la Minurso, el contingente de la ONU en el Sáhara Occidental cuya misión tropieza además con numerosas trabas. En el informe de 28 páginas que ha remitido al Consejo de Seguridad de la ONU, que el 30 de abril prorrogará el mandato de los “cascos azules”, Ban señala que “hay indicios de que la confidencialidad de las comunicaciones entre la sede de Minurso [en El Aaiún] y Nueva York resultó comprometida en al menos una ocasión”. No menciona a Marruecos aunque fuentes diplomáticas no dudan de que alude a ese país.

Ban se queja además de que el acceso de la Minurso a la población local “está controlado” por Marruecos. “Paralelamente, la presencia de la policía marroquí fuera del complejo habitacional [de la ONU] desanima a los visitantes a acercarse a la Minurso”, señala.

El secretario general se lamenta de que su contingente es “incapaz de ejercer por completo sus tareas de control, observación e información de la pacificación” de esa antigua española. En consecuencia pide, entre otras cosas, que la misión se refuerce con 15 observadores militares que se añadirán a los 230 miembros de la Minurso.

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Pese a estos reproches a Rabat, el informe de Ban, sobre todo en su última versión, no es del todo perjudicial para sus autoridades. Las gestiones de Marruecos, que es miembro provisional del Consejo de Seguridad, y de Francia, lo han suavizado.

En el borrador difundido el 6 de abril entre los objetivos de la Minurso figuraba “la puesta en práctica del referéndum de autodeterminación” que revindica el Frente Polisario. El texto distribuido cinco días después ya solo menciona la “aplicación de las sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad”.

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El informe tampoco recoge otra vieja aspiración del Polisario respalda por ONG como Amnistía Internacional o Human Rigts Watch: que la ONU vigile el respeto de los derechos humanos en el Sahara como lo hacen otros contingentes de paz en otros lugares del mundo.

Pese a todo Ahmed Boujari, delegado del Polisario ante la ONU, indicó que el informe supone “una evolución positiva”. Se alegró de que Ban recalque que para poder cumplir con su mandato Minurso deber “tener acceso a informaciones fiables y creíbles” de las que hoy en día no dispone.

Sí podría obtenerlas, según Ban, si hubiese “un libre acceso al territorio saharaui de diplomáticos, periodistas y organzaciones de derechos humanos”, algo que no sucede.

Desde hace cinco años Marruecos y el Polisario celebran reuniones informales acompañados por delegaciones de Argelia y Mauritania, los dos países fronterizos del Sáhara. Ban constata que en ellas “no se lograron avances reales”.

El ministerio de Exteriores de Marruecos no había reaccionado, el jueves por la noche, al contenido del informe que conoce desde principios de mes al formar parte del Consejo de Seguridad.

Ban pide, por último, la liberación de los cooperantes españoles, Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández, y de la italiana Rossella Urru secuestrados en octubre en una zona en manos del Polisario.

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