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Liberados los 36 rehenes capturados por Sendero Luminoso en una planta de gas

“No hemos cedido a ningún chantaje”, aseguró Humala en Cartagena

Imagen de los trabajadores liberados
Imagen de los trabajadores liberadosLUTGARDO CAMARGO (EFE)

Los 36 rehenes de Sendero Luminoso, trabajadores de la planta de gas de Camisea secuestrados hace cinco días, quedaron libres la madrugada del sábado en un lugar de la provincia peruana de La Convención (Cusco, Selva Sur) y, tras siete horas de caminata, fueron trasladados en bus al aeródromo de Kiteni. Allí tienen previsto pasar la noche del sábado al domingo a la espera de la llegada del presidente Ollanta Humala, quien desea estar presente en la foto oficial.

Desde mediados de semana, los familiares de los exrehenes se apostaron en la plaza de armas de Kiteni -a más de 1.600 kilómetros al sureste de Lima- a la espera de noticias, mientras que el gobierno envió unos 1.500 efectivos de la policía y de las fuerzas armadas para intentar cercar a los captores.

El secuestro ocurrió la madrugada del lunes en Kepashiato (distrito de Echarate, La Convención), un poblado sin presencia policial pese a su cercanía a la infraestructura de energía más importante del país, el complejo de gas de Camisea, y por donde pasa el gasoducto.

Desde 2004, participan como socios del Consorcio Camisea TecGas (de la argentina Techint), la estadounidense Hunt Oil, la argelina Sonatrach, Pluspetrol, Sk Corporation (de origen coreano), Suez-Tractebel y la peruana Graña y Montero. .

En comunicación con EL PAÍS, la enviada del diario peruano El Comercio, Nelly Luna, ha indicado desde el aeródromo de Kiteni que al lugar habían llegado colchones y carpas para que los trabajadores pernoctaran allí. Algunos de los trabajadores liberados se han comunicado con sus familiares por teléfono y se reencontrarán con ellos tras la llegada del jefe de estado del país andino, quien participa en la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, Colombia.

“No hemos cedido a ningún chantaje”, aseguró Humala en Cartagena, indicando que el gobierno no había negociado con los captores. Sin embargo, por lo menos dos periodistas conocedores del modo de operación de Sendero Luminoso, Gustavo Gorriti y Pedro Yaranga indicaron a varios medios nacionales que en 2003, en el secuestro de 79 trabajadores de Camisea, la empresa sí accedió a los pedidos económicos de los terroristas.

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Como producto de las operaciones para cercar a los subversivos, el jueves murió una piloto de la Policía Nacional (PN), Nancy Flores, debido a que el helicóptero que copilotaba fue atacado por disparos de Sendero Luminoso.

Flores es la primera oficial de la PN que muere en servicio en acciones antisubversivas: la primera suboficial que cayó en una emboscada fue Marisel Solier Galván, en una emboscada ocurrida en 2008.

El primer ministro, Oscar Valdes, confirmó el sábado que como parte de la denominada Operación Libertad, murió por lo menos un policía y que estaba pendiente de verificación el fallecimiento de otros dos. Más temprano, la prensa informó que cinco cuerpos fueron trasladados en helicóptero desde Quillabamba, Cusco, y que se trataría de tres policías y dos senderistas.

Por la noche, el ministerio de Defensa difundió una carta enviada por la empresa Transportadora de Gas del Perú, representante de las contratistas Skanska y Construcciones Modulares –donde trabajan los liberados–, en la que indica que no realizaron concesión alguna a los secuestradores.

La zona donde se realizó el secuestro es zona de influencia del denominado Sendero del Valle de los ríos Apurímac y Ene, que dirige el camarada José, Víctor Quispe Palomino, facción con mayor poder de fuego que la desarticulada en el valle del Huallaga (selva central) y que se financia con actividades de narcotráfico y extorsión a empresas que operan en la zona.

Los trabajadores liberados, entrevistados por los medios nacionales, han indicado que fueron unos 100 hombres de Sendero Luminoso quienes los mantuvieron retenidos en el monte. Tanto el presidente como el primer ministro explican la liberación debido al cerco que realizaron las fuerzas del orden en la zona del secuestro.

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