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ELECCIONES EN GRECIA

Samarás fracasa en su intento de formar Gobierno de unidad en Grecia

La alternativa al vacío de poder es la repetición de elecciones en junio El líder conservador pasa la responsabilidad a Syriza, el segundo partido más votado

María Antonia Sánchez-Vallejo (enviada especial)
Antonis Samarás se reune con el líder del Pasok, Evangelos Venizelos, el día después de las elecciones
Antonis Samarás se reune con el líder del Pasok, Evangelos Venizelos, el día después de las eleccionesWILLY ANTONIOU (EFE)

A Andonis Samarás le han sobrado los tres días de plazo de que disponía para formar una coalición de gobierno. El líder de la conservadora Nueva Democracia, incapaz de llevar a buen fin su tarea, ha admitido: "Hemos hecho lo que hemos podido y ha sido imposible". De esta forma la responsabilidad pasa al segundo partido más votado, el izquierdista Syriza.

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La patata caliente pasa a Alexis Tsipras, líder de la segunda fuerza (la coalición de izquierdas Syriza), que mañana a mediodía recibirá el correspondiente mandato del presidente Karolos Papulias, y así, sucesivamente. Si todos los intentos se revelaran estériles, Papulias ordenaría un Ejecutivo de amplia base o ecuménico, como se llama en Grecia –con representación de todas las fuerzas parlamentarias-, con el solo propósito de convocar nuevas elecciones.

Syriza, el grupo revelación de estos comicios, con 52 diputados, ha ofrecido en campaña un “frente de todas las fuerzas de izquierda”. Una de las aludidas, el Partido Comunista de Grecia (KKE, marxista-leninista, 26 diputados) ya ha respondido: no a la colaboración con Syriza. Aunque el panorama político cambió ayer radicalmente en Grecia, el prosoviético KKE sigue fiel a sus esencias antipactos.

Socialistas y conservadores habían anunciado que la colaboración estaba abierta a las fuerzas proeuropeas, y en la amplitud de la denominación podría tener cabida Syriza, que defiende la permanencia de Grecia en el euro, pero no a cualquier precio. El peaje no es otro que la renegociación del memorándum firmado con la troika y la incorporación de una cláusula que garantice medidas de crecimiento. A favor de ciertas modificaciones en el acuerdo se habían mostrado también socialistas y conservadores.

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Pero no solo los comunistas de Aleka Papariga eluden la responsabilidad; también los dos nuevos partidos que ayer entraron en el Parlamento han rechazado la oferta de integrar un Gabinete de unidad. Cada uno lo hace desde polos opuestos del espectro político: Griegos Independientes, de derecha extrema nacionalista y con 33 diputados, porque se opone a las políticas de austeridad, e Izquierda Democrática, que con 19 escaños defiende la pertenencia del país a la eurozona, por rivalidades personales e ideológicas tanto con el Pasok como con Syriza. La tradicional desunión de las fuerzas de izquierda se revela hoy más que nunca un obstáculo para la estabilidad política. La única alternativa clara al vacío de poder es la repetición de los comicios, presumiblemente en junio.

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