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Comienza el juicio por el primer acto de terrorismo de Estado en Argentina

La masacre de Trelew ocurrió en 1972, durante la dictadura de Lanusse

Argentina comenzó ayer a juzgar el que para diversos historiadores constituyó el primer acto del terrorismo de Estado en este país: la llamada masacre de Trelew. Ocurrió el 22 de agosto de 1972 bajo la dictadura del general Alejandro Lanusse, antes del regreso de la democracia en 1973 y del golpe militar que inició el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y que se saldó con unos 30.000 desaparecidos, según los organismos de derechos humanos.

El 15 de agosto de 1972, presos políticos se fugaron de la cárcel de Rawson, ciudad vecina de Trelew (1.436 kilómetros al sur de Buenos Aires) y capital de la provincia de Chubut. Eran 25 guerrilleros del marxista Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y de la organización peronista Montoneros que se habían levantado en armas contra la dictadura que regía en Argentina desde 1966. Fueron de camino al aeropuerto de Trelew, donde los aguardaba un avión para huir a Chile, entonces gobernada por Salvador Allende. Solo seis lograron subirse a la nave: se trataba de jefes guerrilleros, entre ellos Mario Santucho, Enrique Gorriarán Merlo y Fernando Vaca Narvaja.

Los otros 19 quedaron arrestados por los militares, pero negociaron garantías frente a un juez, abogados y periodistas para que los devolvieran a la prisión. En lugar de ello, fueron destinados a una base de la Marina, que está situada frente al aeropuerto. Allí, siete días después de la frustrada fuga, en las celdas fueron masacrados a tiros 16 de los detenidos. Los otros tres quedaron heridos de gravedad, pero sobrevivieron.

El régimen de entonces divulgó que los guerrilleros habían caído cuando intentaban huir otra vez. Pero cuando regresó la democracia, al año siguiente, los tres sobrevivientes contaron que había sido un falso enfrentamiento en el libro La patria fusilada del periodista Paco Urondo. Los tres acabaron desapareciendo en la dictadura que entre 1976 y 1983 profundizó el método del terrorismo de Estado para eliminar no solo a guerrilleros, sino a también opositores en general.

Cinco acusados, que aún permanecen en libertad, se sentaron ayer en el banquillo del juicio, que se escenificó en un centro cultural de Rawson para que la mayor cantidad de público lo pudiera presenciar. Ellos son los exmarinos Luis Sosa, Emilio del Real, Rubén Paccagnini, Jorge Bautista y Carlos Marandino. Otro de sus pares, Horacio Mayorga, no será juzgado porque ha sufrido un accidente cerebrovascular, mientras que un séptimo imputado, Guillermo Bravo, se encuentra prófugo en EE UU, donde un juez del Estado de Florida negó su extradición por considerar “política” la causa en la que se lo investiga.

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