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Putin consuma el enroque político en Moscú

El Parlamento ruso consuma el nombramiento de Medvédev como primer ministro con el voto en contra de comunistas y socialdemócratas

Pilar Bonet
Vladimir Putin (derecha) junto a  Dimitri Medvédev, ayer en la Duma.
Vladimir Putin (derecha) junto a Dimitri Medvédev, ayer en la Duma.Mikhail Metzel (AP)

La Duma Estatal de Rusia (cámara baja del parlamento), reunida en sesión extraordinaria, confirmó el martes a Dmitri Medvédev como jefe de Gobierno y dio así luz verde al candidato que Vladímir Putin presentó la víspera tras su toma de posesión como presidente de Rusia con el fin de cubrir el puesto de jefe de gabinete que había dejado vacante. El intercambio de cargos y funciones en la cúpula del Estado fue legitimado por la Duma con 299 votos a favor de Medvédev, 144 en contra y sin abstenciones.

Para ser elegido, a Medvédev le bastaba una mayoría simple de 226 votos (en un parlamento de 450 escaños), que tenía asegurados gracias a los 238 diputados de Rusia Unida (RU), el partido del Kremlin. Además, le apoyó el Partido Liberal Democrático del populista Vladímir Zhirinovski, que cuenta con 56 diputados. Se sumaron también cinco miembros de Rusia Justa (RJ) que ignoraron la consigna de votar en contra de Medvédev. Serguéi Mirónov, el líder de esta fuerza de carácter socialdemócrata, anunció sanciones para los indisciplinados.

El Kremlin esperaba poder obtener el respaldo de 300 diputados, es decir la mayoría constitucional, aunque no podía ni soñar con unos resultados como los que obtuvo Putin en 2008, cuando fue confirmado como primer ministro en 2008 con el apoyo de 392 diputados, incluido los de RJ, que posteriormente se pasó a la oposición. RU garantiza al Gobierno la mayoría parlamentaria, pero los pasillos de la Duma (el antiguo edificio del Gosplan o ministerio de planificación estatal de la URSS) son más inhóspitos que los del Kremlin, como tuvo ocasión de comprobar ayer Medvédev cuando visitó en sus aposentos a los distintos grupos parlamentarios y fue interrogado por ellos durante horas.

Putin presentó a Medvédev como un político que mantuvo un dialogó abierto con la sociedad civil y que había comenzado importantes transformaciones para incrementar la eficacia del aparato del Estado y organizar un sistema de orden público y judicial, entre otras cosas. Dijo también que la experiencia política y de gestión ayudará a Medvédev a resolver las “más difíciles tareas en el puesto de jefe de Gobierno”.

Por su parte, el nuevo jefe de Gobierno presentó sus planes de trabajo, entre ellos limitar el déficit presupuestario a un 1%, aprobar una ley sobre el sistema de contratos estatales, invertir cuantiosamente en educación, infraestructura y en programas demográficos de apoyo familiar. Medvédev tuvo que defender la ratificación del ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio (OMC), que preocupa a los agricultores, y prometió apoyo a la agricultura mediante control de los precios de combustibles, abonos y maquinaria agrícola y programas de ayuda en relación al ingreso con la OMC.

Medvédev se negó a polemizar con los líderes de los grupos parlamentarios que criticaron la política del Kremlin en el pleno de la Duma. Pero, como si fuera un león en defensa de su cachorro, el mismo Putin arremetió contra los diputados críticos, atacando sus imprecisiones y su falta de rigor. Insistió Putin en que Rusia no puede demorarse más de 6 meses en la ratificación del ingreso en la OMC y afirmó que la unión aduanera con Bielorrusia y Kazajistán se basa sobre la normativa de esa organización. Refiriéndose a los efectos de la crisis económica, el presidente dijo que la producción en Rusia había caído más que en otros países por tener este país una “economía unilateral” forjada en la URSS. “Lo que producíamos, no lo necesitaba nadie. Por eso nadie compraba nuestras botas de goma excepto los africanos que debían caminar por la arena caliente”, dijo, y subrayó que la excepción era la industria militar de la que Rusia sigue estando orgullosa. Alegó Putin que su país se ha recuperado de la crisis con más celeridad que otros Estados desarrollados de occidente.

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Putin comentó las elecciones en Francia y dijo que en ese país se había registrado una lucha entre dos ideologías y no solo entre dos pretendientes. Tras referirse a "Nikolái" Sarkozy como un “buen amigo” suyo y de Medvédev, Putin dijo que Rusia debe respetar la “elección del pueblo francés”. Sarkozy es partidario de apretarse el cinturón para restablecer los parámetros macroeconómcios y el crecimiento económico. El partido socialista propone otro camino, auque también piensan que hay que restablecer los parámetros macroeconómicos, pero despacio, suavemente, durante varios años, explicó. “No vamos ahora a decir si está bien o esta mal. Respetamos la elección del pueblo francés, pero sabemos que nosotros nos recuperamos antes que otros y que no tenemos una situación como en los países de economía de mercado desarrollada”, dijo.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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