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Elecciones en Grecia

Los partidos fracasan en su último intento de formar Gobierno en Grecia

El partido izquierdista Syriza rechaza sumarse a una amplia coalición

María Antonia Sánchez-Vallejo
Evángelos Venizelos tras la rueda de prensa en la que ha admitido su fracasado intento de formar gobierno.
Evángelos Venizelos tras la rueda de prensa en la que ha admitido su fracasado intento de formar gobierno.LOUISA GOULIAMAKI (AFP)

Para explicar el fracaso sin paliativos de las fuerzas políticas griegas a la hora de formar una coalición de gobierno que evite el abismo, podría aplicarse el refrán del cojo que le echa la culpa al empedrado. Pero el empedrado, esta vez, tiene nombre y apellidos, los de Alexis Tsipras, líder de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza, segunda fuerza más votada el domingo), que ha rechazado una forzada oferta de colaboración hecha por tres partidos (socialista, conservador e Izquierda Democrática) que, con sus diputados, podrían haber sacado adelante un Ejecutivo de unidad medianamente estable. La política en Grecia tiene estas cosas, y siempre es más fácil salvar la cara ante el electorado —y ante Europa— dejando que sea otro el que pronuncie el no.

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“El rechazo a esta propuesta no es de Syriza, sino del pueblo griego”, ha dicho Tsipras tras reunirse durante una hora con el líder socialista, Evánguelos Venizelos, encargado de formar Gobierno en última instancia. “Venizelos y Samarás [de la conservadora Nueva Democracia] hacen como si no hubieran entendido el mensaje de las urnas” contra los recortes, anunció, para reiterar su rechazo a un “Gobierno del memorándum [sobre el plan de rescate] con una coartada de izquierda”, en referencia a Syriza. “Ha llegado la hora de la verdad para todos”, ha declarado Venizelos, que mañana sábado informará de su fracaso al presidente del país, Karolos Papulias.

El principio de acuerdo que algunos acariciaban desde el jueves quedó pues en agua de borrajas. Tanto Fotis Kuvelis, líder de Izquierda Democrática (19 diputados) —que la víspera había aceptado integrar una coalición de Gobierno—, como Andonis Samarás, con 108 escaños, habían insistido en que en esa hipotética solución debía participar Alexis Tsipras, vencedor moral de los comicios (52 diputados) y el mayor crítico de la política de austeridad impuesta por los planes de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Nueva Democracia e Izquierda Democrática hicieron en cualquier caso un brindis al sol, pues Tsipras ya había manifestado que no iba a traicionar a sus votantes “a cambio de un par de ministerios”. “Grecia necesita un Gobierno duradero, con la participación o el apoyo pasivo de Syriza, que asegure la permanencia del país en el euro y avance hacia una renegociación” del memorándum, instó Samarás. Kuvelis también solicitó la colaboración de Tsipras aunque se contradijo inmediatamente al declarar: “Es obvio que Syriza no está dispuesta a participar en un Gobierno de salvación nacional. Y nosotros no participaremos en uno solo con Pasok y Nueva Democracia. Lo único que quiere Syriza son nuevas elecciones”. Kuvelis, abogado de 61 años, propuso su hoja de ruta para acabar con el marasmo en Grecia: “Un europeísmo progresista y un socialismo democrático”. Las propuestas de unos y de otros sonaban como un diálogo de sordos ajeno a la inminencia del apocalipsis.

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Los intereses partidistas han privado pues a Grecia de la única posibilidad que le quedaba para no despeñarse por el abismo —del euro y de la política—, y a los griegos, de una fórmula que la mayoría de ellos defendía: según una encuesta de Marc para el diario Ethnos, el 62,7% de los ciudadanos quiere un Gobierno de coalición (y el 53%, con la participación de Syriza). Solo el 32% de los consultados defiende unas nuevas elecciones.

Con el índice general de la Bolsa de Atenas en rojo —ha caído un 4,52%, frente a una subida similar la víspera— los principales diarios recordaban las provisiones de la Constitución griega en caso de vacío de poder. El jefe del Estado apelará ahora a los líderes de los siete partidos con representación parlamentaria (entre ellos el neonazi Aurora Dorada). Si estos no se ponen de acuerdo en un Gobierno ecuménico —con representación de todos ellos—, Papulias convocará elecciones. La repetición de los comicios puede beneficiar a Tsipras, a juzgar por la primera encuesta publicada desde el domingo: Syriza superaría en votos a ND, con el 27,7% (ND lograría el 20,3% y el Pasok, el 12,6%). El primer partido obtiene un bono de 50 escaños extras, según la ley electoral griega, lo que reforzaría la postura de Syriza.

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