_
_
_
_
_

Un cura protector de los emigrantes se va un tiempo de México tras sufrir amenazas

Alejandro Solalinde lleva años defendiendo a los emigrantes centroamericanos, amenazados por los narcotraficantes y las mafias del tráfico de personas y de órganos

Alejandro Solalinde en 2011
Alejandro Solalinde en 2011YURI CORTEZ (AFP)

El padre Alejandro Solalinde, el defensor de los emigrantes centroamericanos que atraviesan México rumbo a EE UU, abandonará en los próximos días su país tras recibir seis amenazas de muerte en los dos últimos meses. Solalinde, que adquirió notoriedad pública en enero de 2007 a partir de su encendida defensa de un grupo de emigrantes secuestrados y maltratados por policías de Oaxaca, es hoy junto con el poeta católico, Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz en defensa de las víctimas del narcotráfico, una de las voces más potentes de la sociedad civil mexicana.

Solalinde, de 67 años, ha decidido ampliar a dos meses una gira previamente programada por EE UU, Canadá y varios países europeos, -entre ellos probablemente España, según algunos de sus colaboradores- para permitir que tanto la Procuraduría (fiscalía) general de la República (PGR) como la de Oaxaca investiguen las amenazas anónimas contra el religioso. Esta salida temporal del país obedece a las recomendaciones de seguridad de la PGR, la Comisión Nacional de Derechos Humanos mexicana, Amnistía Internacional, las Brigadas Internacionales de la Paz y el episcopado mexicano.

El religioso fundó hace cinco años el albergue para emigrantes centroamericanos Hermanos del Camino, de Ixtepec, en Oaxaca, cerca de la frontera con Guatemala. En él se atienden las necesidades de los indocumentados, amenazados en su viaje por el narcotráfico y las mafias dedicadas a la trata de personas y al tráfico de órganos.

En declaraciones al periódico digital Animal Político, Solalinde niega que se trate de un exilio y asegura que volverá a México en los primeros días de julio. “No me voy por miedo”, afirma. “El exilio no va conmigo. Yo soy muy feliz en el albergue para migrantes y nunca huiría. Yo no tengo miedo, al contrario, tengo mucha ilusión en las cosas que estamos logrando y, si hago esta pausa, es solo por obediencia. Yo soy misionero y si a mí no me hubieran pedido este tiempo para investigar, no habría aceptado salir del país”. El religioso ofrecerá este martes en Ciudad de México una conferencia de prensa sobre su decisión.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_