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Escocia abre la campaña por la independencia con escaso apoyo

Salmond confirma que el referéndum será en otoño de 2014 Un sondeo pronostica que solo un 33% está a favor

El primer ministro de Escocia, Alex Salmond, lanza la campaña del 'Sí' para la independencia escocesa hoy en Edimburgo.
El primer ministro de Escocia, Alex Salmond, lanza la campaña del 'Sí' para la independencia escocesa hoy en Edimburgo. Andy Buchanan (AFP)

El líder del Partido Nacional Escocés (SNP) y ministro principal de Escocia, Alex Salmond, ha lanzado este viernes la campaña a favor del sí coincidiendo con la publicación de un sondeo que pronostica que solo un 33% de los escoceses está a favor de la independencia. Un dato en consonancia con los que se habían publicado en el pasado.

Salmond, que encabezó en Edimburgo el pistoletazo de campaña de su partido, confirmó que el referéndum será en otoño de 2014 pero no hizo alusión a la cuestión de si se planteará solo la disyuntiva entre unionismo e independencia o se incluirá también una consulta para ampliar los poderes de Escocia en el que caso de que los votantes no respaldaran la independencia.

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Su discreción en ese aspecto es un indicio de que parece dispuesto a sacrificar esa opción, que ha perdido gran parte de su sentido después de que el primer ministro británico, el conservador David Cameron, se ofreciera a negociar esa ampliación de competencias y apoyara la convocatoria del referéndum con la salvedad de que quiere que se celebre cuanto antes.

Ante una audiencia de fieles en un cine de la capital política escocesa, Salmond buscó el aplauso de la concurrencia al apelar a la necesidad de “limpiar este país de la obscenidad de las armas nucleares”. “Si quiero que seamos independientes no es porque crea que somos mejores que ningún otro país, sino porque sé que somos tan buenos como cualquier otro país. Y como otras naciones, nuestro futuro, nuestros recursos y nuestro éxito tendría que estar en nuestras propias manos”, proclamó.

“Pero la cuestión para nosotros, al empezar este viaje, es cómo movilizar ese sentimiento. Y la respuesta es que vamos a construir esta campaña piedra a piedra, comunidad tras comunidad”, añadió. “Podemos inspirarnos en el pasado, en el Gobierno nacional de principios de los años 50, que galvanizó a los escoceses para que firmaran a favor de un Parlamento. Pero esta vez es diferente. En 1950 Westminster agitó la vía de esa voluntad popular. Ahora tenemos un Parlamento para proteger nuestros intereses y ese Parlamento va a convocar un referéndum en 2014 para dar forma y sustancia a los deseos de la gente. Queremos llevar nuestro caso a la gente a través del activismo local y cuando empiece la campaña en otoño de 2014 nuestra intención es que haya un millón de escoceses firmando una declaración por la independencia de Escocia. Y, amigos, si conseguimos eso deberíamos ganar una Escocia independiente”, concluyó el líder independentista.

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No por casualidad, el arranque de la campaña independentista ha coincidido con la publicación de un sondeo de la consultora YouGov encargado por la campaña del no que lidera el político laborista Alistair Darling, ex canciller del Exchequer y ministro del Tesoro, y probablemente el político unionista escocés más respetado en estos momentos a pesar de su falta de carisma. O quizás precisamente por eso, una carencia que le da credibilidad en un partido que la perdió casi toda en sus últimos años gobernando Reino Unido.

El sondeo indica que solo un 33% de los escoceses optarían por la independencia, frente a un 57% que prefieren que Escocia siga formando parte del Reino Unido. Más aún: solo el 58% de los votantes que apoyaron al SNP en las últimas elecciones autonómicas estarían a favor del sí a la independencia.

No es un resultado sorprendente. Precisamente porque es muy difícil que el sí gane el referéndum, Salmond propuso la alternativa de aumentar la autonomía, una opción que sí tiene un apoyo mayoritario entre la población. La maniobra de Cameron ofreciéndose a negociar esa ampliación de poderes ha recortado el margen de maniobra del líder independentista. Pero se guarda aún algunas cartas bajo la manga a cambio de esa ficha, como la de conseguir que voten los mayores de 16 años y no solo los mayores de 18 años como ocurre en las elecciones. Una forma de ir cultivando el voto joven para renovar su mayoría en el Parlamento escocés aunque pierda el referéndum sobre la independencia.

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