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París pide que el BCE dirija el fondo de rescate sin pasar por los Estados

Hollande se reúne con Monti en Roma antes de la reunión a cuatro bandas del día 22

Francia quiere revisar el papel del Banco Central Europeo (BCE) y va a reabrir ese debate, vetado de momento por Berlín, con la idea de que se apruebe en la cumbre europea de finales de mes. Asesores del Elíseo explicaron este miércoles que Europa necesita un paquete de estabilidad urgente, en vista de la negativa respuesta de los mercados ante el rescate de los bancos españoles decidido el sábado. Hollande propone que el BCE se encargue de supervisar a las entidades con problemas y que el nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) recapitalice directamente a los bancos sin pasar, como impuso Berlín el sábado en el caso español, por los Estados.

El nuevo Gobierno socialista replica con estas medidas al deseo de Berlín de caminar hacia una mayor unión política y fiscal de la eurozona. El gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, señaló que esta sería “la columna vertebral de la futura unión bancaria”. Fráncfort se ocuparía de supervisar a la banca y de hacer pruebas de esfuerzo a los bancos en riesgo, y usaría el fondo para inyectar capital cuando hiciera falta. Las actuales reglas del MEDE permiten a este prestar directamente, pero solo si el consejo lo aprueba por unanimidad, y Alemania se opone. Francia siempre ha mantenido que el fondo debe tener una licencia bancaria, para poder apalancar capital y aumentar su potencia de fuego. Pero esto exige un cambio en el Tratado.

París deseaba que esta idea, apoyada por España e Italia, fuera la solución para los bancos españoles, pero la precipitada sesión del Eurogrupo zanjó ese intento. Ahora, París reabre la discusión sabiendo que el Tratado del MEDE, ratificado ya por algunos países, debe entrar en vigor el 1 de julio, porque piensa que la mala reacción de los mercados ante el confuso rescate español demuestra que hacen falta “nuevas herramientas para contener el contagio”, como dijo este miércoles un asesor del Elíseo.

La gran prioridad de Hollande, las medidas para el crecimiento y el empleo, quedan de momento en un segundo plano porque lo primero es evitar la sensación de caos y las turbulencias. Hollande visitará este jueves en Roma a Mario Monti para buscar un plan común antes de la cita conjunta con Italia, Alemania y España del día 22 y ayer, en un nuevo gesto de rechazo al directorio Merkozy, recibió en el Elíseo a la cúpula del SPD alemán.

La reunión, una respuesta al ninguneo de la canciller durante la campaña francesa, es sobre todo una forma de aunar posturas con la oposición de Merkel ante la cumbre europea y la ratificación alemana del pacto fiscal. Mientras tanto, los sherpas de París siguen negociando con Berlín los términos de la unión política y presupuestaria. Hollande sabe que el final del camino es entregar soberanía a Bruselas, y está listo para dar ese paso aunque gran parte de sus compatriotas se opondrán. Pero antes toca salvar los muebles.

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