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CRISIS DE LA DEUDA EUROPEA

Merkel: “No tenemos fortaleza infinita”

La canciller asegura que Alemania no puede por sola rescatar a Europa Ante el Bundestag, la mandatario critica la política de España “en los últimos diez años”

La canciller Merkel este jueves ante el Bundestag.
La canciller Merkel este jueves ante el Bundestag. JOHANNES EISELE (AFP)

En Berlín se ha extendido la voz de que la canciller Angela Merkel lleva días o hasta semanas de muy mal ánimo. Su comparecencia del jueves ante la Cámara baja parlamentaria (Bundestag) no atajará el rumor: vestida de gris plomo y con cara de pocos amigos, la jefa del Gobierno alemán trazó con gesto duro las líneas rojas de su país ante la crisis europea. Alemania, dijo, no tiene “una fortaleza infinita ni una capacidad ilimitada” para sacar por sí misma a Europa adelante. Se ha dirigido con énfasis a los que “creen que la crisis se soluciona con miles y más miles de millones”, advirtiéndoles de que “todas las medidas” adoptadas hasta ahora, así como los fondos de rescate preparados, “se quedarían en humo” si reventara la máquina de la locomotora económica de Europa. Como ejemplo de “decisiones irresponsables” que han provocado la situación, Merkel recurrió a “los diez años en los que España permitió que se hinchara su burbuja inmobiliaria”. Tras alabar la “petición de ayuda” española para rescatar su economía, Merkel recuerda que “por supuesto, ésta va sujeta a condiciones” para el sistema financiero español.

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Mientras los bonos a 10 años del Tesoro español trepaban hasta peligrosas cotas nunca vistas desde la introducción del euro, Merkel alababa la “determinación y valentía” del Gobierno de Mariano Rajoy en la aplicación de reformas. Sin embargo, destacó que el caso español ilustra también otro problema. Las recientes pruebas de resistencia del sector financiero organizadas por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) no sirvieron para nada “porque los supervisores nacionales tenían demasiada influencia” en el resultado. Como consecuencia, quedó inadvertido el agujero de los bancos españoles que ahora se tapará con los 100.000 millones de euros prestados por los fondos europeos. Para Merkel, esta es una prueba de que “debemos avanzar” en la unión política de Europa. La “puesta en común de la responsabilidad y debe ir unida al control común”. Se dijo partidaria de que el Banco Central Europeo (BCE) asuma competencias para controlar los sectores bancarios de la Eurozona para que los “intereses nacionales” no nublen la visión. En cuanto a la solicitud formal del rescate español, Merkel quiere que llegue “cuanto antes”, porque “los bancos necesitan capital para mantener la fluidez de crédito”.

La comparecencia de la canciller debía servir para aclarar las posiciones alemanas ante la cumbre de los países más industrializados y las potencias emergentes (G-20), que se celebrará en México la semana que viene. Merkel quiere que todos los países del G-20 contribuyan a luchar contra la crisis europea. El resto de los temas mundiales, dijo, “quedarán en la sombra del más importante, la crisis europea que nos preocupa desde hace dos años”. Alemania está en el centro de la atención “porque somos la principal economía”.

La jefa del Gobierno alemán aseguró que el país “pone sus esfuerzos y su potencia al servicio de la integración europea y también de la economía mundial”. Acto seguido, atacó directamente los que proponen “soluciones instantáneas” para la crisis. De nuevo entonó su letanía contra la emisión de deuda conjunta europea o la disposición de un fondo de garantías bancarías común para toda la eurozona. De nuevo ha insistido en la “consolidación presupuestaria” como arma contra los problemas actuales de la Unión Europea y del euro. Merkel ha celebrado la buena salud económica del país, que “es fuerte y es un motor económico y un ancla para la estabilidad de Europa”, pero ha insistido en las “limitaciones” objetivas para apuntalar las economías más afectadas por la crisis. Como pega adicional, Merkel dudó de la “constitucionalidad” de algunas propuestas de solución por parte de sus socios. Europa “debe obedecer sus propias reglas”.

Su tono tajante se dirigía a los que calculan que la dureza alemana es un mero envite estratégico antes de negociar con sus socios europeos. Pero ella se refirió a la “tarea hercúlea” de avanzar hacia una mayor integración política que sustente la Unión Monetaria impidiendo nuevas crisis como la actual. Los acuerdos alcanzados no bastan para que Alemania responda de las deudas de sus socios.

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Europa es nuestro destino y nuestro futuro. Si euro fracasa, fracasará Europa” Angela Merkel en el Bundestag

La tarea de integrar Europa “será larga, difícil y esforzada”, según recalcó enumerando los adjetivos con los dedos. Pero “debemos romper el círculo vicioso de endeudamiento y vulneraciones de los acuerdos comunes”. Merkel ve a Europa en “una carrera con los mercados”, que se está librando “día tras día”. Por eso, según dijo, “el Pacto Fiscal es importante como primer paso en la armonización europea”. Por enésima vez, la canciller recitó sus dos lemas de prosopopeya europeísta: “Europa es nuestro destino y nuestro futuro” y “si euro fracasa, fracasará Europa”.

Para evitar semejante escenario, Merkel pidió la implicación de “todos, en Europa y fuera de ella”. Con esto respondía indirectamente a sus críticos trasatlánticos, con los que se verá las caras en la cumbre del G-20 en Los Cabos. El presidente de Estados Unidos Barack Obama, así como el primer ministro de Reino Unido David Cameron, han urgido a Berlín a que apruebe más medidas extraordinarias para luchas contra la crisis. Las presiones estadounidenses no han logrado mover a Merkel, pero han contribuido a la tensión en un Gobierno alemán cada vez más influyente, pero paradójicamente también más aislado en el ojo del huracán de la crisis continental que azota a algunos de sus principales socios. Un reciente estudio del banco suizo Credit Suisse revela que Alemania arriesga más de 400.000 millones de euros en los diversos fondos de estabilidad europeos, de los que más de 110.000 millones ya están comprometidos.

Si se suma a estas cantidades la caída de las exportaciones provocada por los problemas del euro, no es de extrañar que el jefe de la oposición en el Bundestag, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier (SPD), advierta a los alemanes de que “la crisis ya ha llegado” a su país. Steinmeier acusó a Merkel de pasividad ante los problemas europeos y de no prestar atención al “segundo pilar” de la recuperación, que es “el crecimiento y la lucha contra el paro”. Ahora bien, los socialdemócratas tampoco tienen “nada en contra de la consolidación presupuestaria”.

Una preocupación continental

Ricardo Martínez de Rituerto

Los líderes europeos no han dejado de expresar su inquietud en un momento decisivo para el futuro de Europa, marcado por las elecciones del próximo domingo en Grecia y la cumbre prevista para el 22 de junio

  • Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo: "La Unión Europea ha mostrado solidaridad con Grecia y la contrapartida es que Grecia sea responsable. Cuando se rompen los acuerdos se crea un problema. No se negocia con Gobiernos, sino con Estados".
  • José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea, el miércoles en el Parlamento Europeo: "Déjenme declarar aquí que creo que Grecia debería permanecer en la zona euro si respeta sus compromisos".
  • David Cameron, primer ministro británico: "Tienen que elegir: o votar por seguir en el euro con todos los compromisos que han asumido, o, si votan otra cosa, están votando de hecho por salir del euro".
  • Mark Rutte, primer ministro holandés: "Sólo daremos dinero a los griegos si cumplen lo pactado. Si no, no recibirán nada".
  • Donald Tusk, primer ministro de Polonia: "Es difícil imaginar Europa o la eurozona sin Grecia, pero a los griegos les tiene que quedar claro una cosa: todo depende de ellos. Los estonios y los lituanos tuvieron que recortar sus pensiones un 20%-30% y en dos años escaparon de una profunda crisis".

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