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Obama anuncia que dejará de expulsar a jóvenes inmigrantes sin papeles

El principal requisito es tener entre 16 y 30 años y llevar al menos 5 en EE UU

Yolanda Monge
Barack Obama el jueves durante una visita a One World Trade Center de Nueva York.
Barack Obama el jueves durante una visita a One World Trade Center de Nueva York.JEWEL SAMAD (AFP)

Con “efectividad inmediata”, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acaba de ordenar que “se levante la sombra” que pesa sobre cerca de un millón de personas que carecen de papeles y viven con la amenaza diaria de la deportación. “Es lo correcto”, ha anunciado Obama desde uno de los jardines de la Casa Blanca abriendo la puerta para que se frenen las deportaciones y se concedan visados a todos aquellos que llegaron a EEUU siendo niños y, en muchos casos, “descubrieron que no eran ciudadanos a la hora de solicitar un trabajo”, ha dicho el presidente

Bajo el nuevo plan de la Administración, no serán objeto de deportación todos aquellos inmigrantes ilegales que llegaron a EEUU antes de cumplir 16 años y que en la actualidad son menores de 30; han estado en el país al menos durante cinco años continuados; no tienen historial delictivo y están estudiando o se han graduado en la enseñanza secundaria o sirven en las filas del Ejército.

El anuncio presidencial, histórico como otros hechos en el pasado reciente –apoyo al matrimonio homosexual-, adelanta por la derecha a la lenta legislación -conocida como Dream Act- que desde hace 10 años se lleva a cabo en el Congreso y que fue bloqueada de nuevo por los republicanos hace menos de un par de años. Los llamados ‘dreamers’ (soñadores) –se estima su total en unos 800.000- son “americanos de corazón y mente en todos los aspectos excepto en los papeles”, ha informado Obama.

“Pónganse en sus zapatos”, ha pedido el presidente. “Enfrentarse a ser deportados a un país que apenas conocen y cuya lengua ya no hablan”, ha explicado Obama, que ha sido interrumpido por un reportero del Daily Caller –cercano a las tesis de la extrema derecha- que ha preguntado al presidente por qué favorecía a los trabajadores extranjeros sobre los americanos. Obama no ha ocultado su malestar, que al final del anuncio ya se había convertido en enfado, por haber sido interrumpido y, quizá, por el carácter polémico de la pregunta en momentos en que cada voto cuenta.

Siguiendo con su anuncio, Obama ha querido aclarar que la nueva legislación que la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, ya había avanzado por la mañana no era ni “una amnistía” ni “el camino para lograr la ciudadanía”. “Es una solución temporal”, ha advertido el mandatario, “pero es lo justo”.

La decisión de Obama llega en un momento en el que la lucha por el voto hispano de cara a las elecciones presidenciales de noviembre es clave. Estados como Colorado, Nevada y Florida –considerados ‘swing states’, que no tiene decidido el color de su voto- podrían definir la balanza hacia el Partido Republicano o el Demócrata dependiendo del giro por el que opte el electorado latino, que en 2008 apostó por Obama. Pero la crisis económica y el hecho de que el presidente no haya sido capaz de sacar adelante una legislación sobre inmigración ha decepcionado a este importante grupo demográfico, la primera minoría de EEUU. Aún así y según las últimas encuestas, los latinos dan su apoyo a Obama con un 61% mientras que sólo conceden el 27% a Romney.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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