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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

PRI, recuerdos del porvenir

Los mexicanos regresan al PRI con menos entusiasmo que fatalismo, como el joven que retorna a la casa paterna con la cabeza gacha luego de un intento fallido de emancipación

El candidato Enrique Peña Nieto (centro) con su familia.
El candidato Enrique Peña Nieto (centro) con su familia.Gustavo Camacho (EFE)

El PRI en México es como Alien, en las películas de ciencia ficción. Hace 12 años cuando el PAN lo derribó de la presidencia, luego de 70 años de hegemonía, muchos lo dimos por muerto. Hoy regresa al poder del que nunca se fue del todo. Y como Alien, habría que preguntarnos si los mexicanos llevamos ya algo del PRI en el ADN colectivo. El pasado y el futuro del país parecen estar atados a esta entidad poderosa, ambigua e inextinguible.

Hace meses sabíamos que Enrique Peña Nieto sería el próximo presidente. Una ventaja superior a dos dígitos en las encuestas lo convertían en profecía inexorable. La pregunta que rondaba no era quién iba a ganar, sino el hecho de si esto significaría la restauración del viejo orden. La inseguridad rampante, el desencanto con la democracia y la ineficiencia de los gobiernos panistas, han generado la nostalgia por un presidencialismo de viejo cuño. Los mexicanos regresan al PRI con menos entusiasmo que fatalismo, como el joven que retorna a la casa paterna con la cabeza gacha luego de un intento fallido de emancipación.

La extracción misma del candidato, quien pertenece a una rancia fracción del PRI, alimenta esta noción de un regreso al pasado. Tampoco ayudan los dinosaurios políticos de los que se ha rodeado.

Pero la jornada electoral del domingo despejó estas dudas. El electorado devolvió el poder al PRI con restricciones. Peña Nieto obtuvo 39% del voto, un margen que lo deja en minoría en el Congreso; las reformas, las leyes y los presupuestos tendrán que ser negociados con la oposición.

López Obrador, de izquierdas, cerró la distancia a 6 puntos, con 33% de los votos, gracias al protagonismo de jóvenes que marcharon y abrumaron las redes sociales en protesta por el regreso del PRI. Un sector que la nueva administración no podrá ignorar.

Tampoco le favorece el entorno. La segunda posición política más relevante, la alcaldía de la Ciudad de México, fue ganada por la izquierda con el 64% de la votación. El asiento de los poderes federales es un poderoso enclave de la izquierda.

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Que Peña Nieto tenga vocación autoritaria o democrática, resulta académico. El gobierno priista estará obligado a mutar sus códigos políticos, para gobernar mediante la negociación y la conciliación. El PRI ha logrado una segunda oportunidad, pero podría ser efímera. Como Alien tendrá que mutar para sobrevivir o no habrá secuelas de esta película.

Jorge Zepeda Patterson es periodista, Director del sitio Sinembargo.mx.

Twitter: @jorgezepedap

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