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Tragedia en los Alpes

Un alud de hielo desata otra tragedia en el Mont Blanc

El desprendimiento causa nueve muertos de una cordada internacional en la vía de ascenso del Monte Maldito Los españoles Joaquín Aguado, bombero, y Esteve Martínez, alpinista, entre los fallecidos

Se trata de la peor tragedia sucedida en los Alpes franceses desde 2008. Nueve personas fallecieron el jueves y otras nueve resultaron heridas a causa de una avalancha de nieve y hielo ocurrida en el Monte Maldito (4.345 metros), una de las vías más populares de ascenso al Mont Blanc (sureste de Francia). La Gendarmería de Alta Montaña de Chamonix explicó que el alud sorprendió sobre las cinco de la madrugada a tres cordadas de una expedición internacional formada por 28 alpinistas, cuando se encontraban a unos 4.000 metros de altura. Los fallecidos son dos españoles, tres británicos, tres alemanes y un suizo.

Se trata del peor accidente desde 2008 en la mayor cima de Europa

Según la reconstrucción del accidente realizada por las autoridades, la avalancha golpeó a los alpinistas en la llamada ruta de los Cuatromiles, en la vertiente norte del Mont Blanc, la segunda ruta más utilizada, y supuestamente la más segura, para escalar el conocido monte alpino después de la que pasa por el Goûter. En la expedición había además franceses y serbios, informó la Gendarmería.

Numerosos montañeros frecuentan los Alpes aprovechando las vacaciones de verano, una época en la que la luz y el buen tiempo ayudan a sobrellevar mejor la dureza de sus cimas. La investigación abierta por la fiscalía tratará de determinar el origen del alud, aunque el prefecto (delegado del Gobierno) del departamento de la Alta Saboya, Philippe de Rumigny, adelantó que la avalancha empezó con el desprendimiento de “una placa de hielo de 40 centímetros de espesor”.

Joaquín Aguado.
Joaquín Aguado.

Las condiciones climáticas eran buenas en la zona, y los partes no señalaban riesgo de aludes, aunque según Météo France (el servicio de meteorología nacional) el viento sopló fuerte el jueves, llegando a alcanzar picos de entre 60 y 70 kilómetros por hora, y más fuerte aún el miércoles, con ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora.

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Los 50 socorristas movilizados trasladaron a los nueve heridos al hospital de Chamonix y rescataron al resto de los miembros de la expedición. Los equipos de rescate ya habían interrumpido anoche la búsqueda de cuatro supuestos desaparecidos cuando la Gendarmería de Alta Montaña rectificó su informe inicial y precisó que esos montañeros no habían iniciado la ascensión o habían elegido otra ruta.

La Gendarmería, que cuenta con la ayuda de socorristas italianos, había enviado al lugar importantes medios, incluyendo perros y helicópteros. El mayor accidente ocurrido en el Mont Blanc hasta ahora sucedió el 24 de agosto de 2008, cuando un alud mató a ocho alpinistas: tres suizos, un austriaco y cuatro alemanes.

Entre las víctimas hay un bombero madrileño y un alpinista catalán

Una capilla ardiente fue instalada para acoger a los familiares de las víctimas en el mismo hospital de Chamonix, a donde acudió el ministro francés de Interior, Manuel Valls, que visitó la zona en helicóptero antes de ofrecer una rueda de prensa.

Uno de los españoles fallecidos es el bombero Joaquín Aguado, jefe del Grupo Especial de Rescate en Altura de los bomberos de la Comunidad de Madrid, informa Francisco J. Barroso. El Gobierno regional explicó que el compañero que escalaba con Aguado, Emilio Carrero, había sobrevivido al accidente. Aguado se había adelantado unos metros con otros montañeros, según Carrero, y le afectó de lleno el alud. Nacido el 6 de julio de 1961, y vecino del municipio madrileño de El Boalo, Aguado estaba casado y tenía dos hijos.

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Fuentes sindicales destacaron que era un especialista en crear equipos y en lograr que los bomberos trabajaran de forma compacta en las intervenciones. “Era un líder nato y uno de los mandos más relevantes del cuerpo”, destacaron.

El otro español fallecido es Esteve Martínez, de 38 años, vecino del pueblo de Sant Joan de les Abadesses (Girona), según un comunicado difundido por la Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña, informa Antía Castedo. Alpinista experimentado, Martínez era miembro de la unión excursionista de Sant Joan y había viajado a Francia con otros dos socios del club. Uno de ellos, Guillem Ferrer, de 35 años, resultó herido en la avalancha y se encuentra ingresado en un hospital francés. Ferrer, de 35 años, está fuera de peligro y evoluciona favorablemente. Junto a Martínez y Ferrer viajaba Toni Trilla, otro socio del club que no salió con la expedición porque sufría problemas físicos y se quedó en el refugio.

Una media de 40 muertos al año

LUIS PIÑERO QUINTANA

Los alpinistas sepultados en el Mont Blanc por una avalancha se encontraban haciendo la ruta de los cuatromiles, menos habitual que la normal (que pasa por la Dôme de Goûter) pero que no tiene grandes dificultades técnicas ni más riesgos objetivos que los habituales en un macizo de estas características.

En este tipo de montañas los aludes son normales cuando las temperaturas empiezan a subir, por lo que las cordadas (equipos de alpinistas) suelen partir muy de madrugada. Si el grupo siniestrado salió del refugio de los Cosmiques, como es habitual en esta ruta, debió de iniciar la ascensión en torno a las 3.00 de la mañana. Sin embargo, hay otros tipos de aludes que no necesariamente responden a variaciones térmicas y que se pueden producir en cualquier momento: es lo que ocurre con las caídas de seracs (grandes bloques de hielo resultantes de las fracturas del glaciar) o el desprendimiento de placas venteadas (superficies del manto nival sin un anclaje sólido a capas de nieve ya asentada). Según los datos que maneja la gendarmería, fue una placa de este tipo la que provocó el trágico suceso.

El Mont Blanc es una de las montañas más concurridas por alpinistas de todo el mundo: cada verano emprenden la ascensión unos 20.000 montañeros, la inmensa mayoría por la ruta normal, y hay días en los que unas 500 personas coronan la cima. En esta montaña muere una media de 40 personas al año por accidentes, según la Mutualidad de Auxilio de la Compañía de Guías de Chamonix.

No obstante, si comparamos el número de visitas con el número de fallecimientos, la estadística nos dice que es una de las montañas más seguras. Las dificultades de esta montaña son las propias de cualquier pico de estas dimensiones: los problemas de adaptación a la altura, el desgaste físico de la ascensión, una climatología muy dura y que cambia con gran rapidez y los riesgos de moverse en terreno glaciar.

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