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“Esta muerte tiene que aclararse”

Allegados y disidentes exigen una investigación “transparente” del suceso Carlos Payá dice que su hermano tuvo un accidente similar hace un mes

Foto: atlas | Vídeo: Adalberto Roque (AFP) / Atlas

“Hay muchas sospechas. Esta muerte tiene que aclararse”. El fallecimiento del disidente Oswaldo Payá en un accidente de tráfico en Cuba sorprendió de madrugada en Madrid a su hermano Carlos, arquitecto y exiliado desde hace años. No tiene elementos, pero “no era la primera vez que ocurría algo así”.

En junio, cuenta, la furgoneta en la que Oswaldo circulaba con su hijo por La Habana volcó después de que un coche la embistiera por detrás. Asediar con vehículos es una de las tácticas de amedrentamiento de la seguridad del Estado cubano. “Oswaldo había sido amenazado”, comenta Carlos Payá. “Le habían dicho muchas veces que lo iban a matar. El testimonio clave será el de sus acompañantes”. Junto a Payá viajaban el cubano Harold Cepero, también muerto, y dos políticos europeos, el español Angel Carromero y el sueco Jens Aron Modig, ambos heridos. Viajaban por la provincia de Granma, en el este de la isla, área afectada por un brote de cólera.

Rosa Payá, hija del fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), grabó un mensaje publicado en la página web del disidente. “Pensamos que esto no fue un accidente de tráfico, que querían hacerles daño y que acabaron matando a mi padre. Las informaciones que nos llegaron de los muchachos que iban con él es que había otro coche intentando sacarlos de la carretera”.

Algunas organizaciones del exilio no han dudado en hablar de “accidente provocado” o directamente de “asesinato”. Otras se muestran más prudentes. Todas, en cualquier caso, exigen una investigación transparente.

“Los acontecimientos van a depender de lo que se sepa. Si fuera un asesinato de Estado, su muerte tendría unas consecuencias políticas muy serias. Sería un crimen muy costoso”, afirma el escritor Carlos Alberto Montaner, presidente de la Unión Liberal Cubana. “Sea lo que sea, es una pérdida muy dura. Payá era la figura disidente de mayor peso interno y externo. Llevaba 20 años forjando su movimiento por todo el país. En la Primavera Negra de 2003, de los 75 disidentes detenidos, 42 eran del MCL. Eso da una dimensión de su implantación y del temor que le tenía el poder”.

Oswaldo Payá, de 60 años, impulsó el Proyecto Varela, que reunió miles de firmas para promover la democracia en Cuba. “Lo que sí quiero dejar claro es que el movimiento sigue”, asegura su hermano Carlos. “Es una pérdida horrible, pero la lucha de Oswaldo por vivir en un país libre no acaba aquí”.

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Las condolencias llovían de todo el mundo, desde el presidente de EE UU, Barack Obama, a la Unión Europea y el Parlamento Europeo, que reconoció a Payá con el premio Sajarov.

En España, el Partido Popular y el PSOE lamentaron la desaparición de “un luchador por la libertad” y pidieron el esclarecimiento del suceso. Otros grupos como CiU y UPyD se unieron al pésame. Cayo Lara, de Izquierda Unida, lo hizo después de que sus primeras declaraciones — “un fallecido más de los muchos que se matan en las carreteras, para nosotros no merece más comentario”— suscitara las críticas airadas del PP.

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