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MATANZA EN EL CINE

El detenido por la matanza de Colorado comparece ante el juez

James Holmes tenía la mirada perdida y el pelo teñido de rojo Se le leerán los cargos el próximo 30 de julio

Con el pelo teñido de rojo y naranja, la mirada perdida y aire ausente, James Holmes, el joven de 24 años detenido por matar a 12 personas y herir a más de 50 en un cine en la zona metropolitana de Denver, el pasado viernes de madrugada, ha comparecido ante el juez este lunes, acompañado de una abogada. El juez ha anunciado que presentará formalmente los cargos en su contra el próximo 30 de julio y la fiscal del distrito, Carol Chambers, ha anunciado que considera ahora si pedirá la pena de muerte, algo que decidirá tras consultar con las familias de las víctimas.

A Holmes se le detuvo el viernes de madrugada en el aparcamiento del cine Century 16 de la localidad de Aurora, ataviado con un casco balístico, una máscara de gas y un chaleco antibalas, después de haber abierto fuego contra una sala en aforo completo en la que se proyectaba la última entrega de la saga de Batman, El caballero oscuro: la leyenda renace. Llevó consigo al cine dos pistolas, una escopeta y un fusil semiautomático. Además había dejado en su apartamento una trampa de 80 artefactos explosivos, ya desactivados por la policía.

El sospechoso se halla en régimen de aislamiento en el Centro de Detención del Condado de Arapahoe, por temor a las represalias de otros detenidos, y sin posibilidad de fianza. La defensa ha pedido un análisis psiquiátrico de Holmes, que en su primera comparecencia en el juzgado parecía abstraído, cerrando los ojos sin cesar y sin prestar atención a los formalismos del juez, William Blair Sylvester. Éste ha ordenado que antes de que comience el juicio, los fiscales avancen una causa probable para el crimen.

La fiscal Carol Chambers, que representa al Distrito Judicial número 18 de Colorado, y que en otros casos ha pedido la pena de muerte, dijo tras la vista que no tiene decidido todavía qué castigo máximo va a pedir, y que es algo en lo que las víctimas y los familiares de los fallecidos tienen mucho que decir. “A las víctimas les afectaría sobremanera el hecho de que se pidiera una pena de muerte”, dijo Chambers en conferencia de prensa. “Es un proceso muy largo, que tiene un gran efecto sobre sus vidas, ya que puede durar años. Así que es necesario que tengamos en cuenta sus opiniones antes de llegar a una decisión semejante”.

Holmes no está colaborando con la policía. No ha hablado con los investigadores desde que fue detenido y les dijo que su vivienda estaba plagada de explosivos. Le representan, de momento, dos abogados de oficio especializados en casos de pena de muerte, Daniel King y Tamara Brady, que se sentó junto a él en el banquillo mientras el juez le leía los derechos y establecía los plazos iniciales del juicio. El juez ha ordenado a Holmes que no entable ningún tipo de contacto con los supervivientes de la matanza o con los testigos, y ha decretado, además, el secreto de sumario.

Poco a poco, tras la matanza, los familiares de los fallecidos han ido revelando los nombres de éstos. Tenían entre seis y 51 años. Veronica Moser-Sullivan, la más pequeña, había acudido al cine con su madre, Ashley Moser, que se halla ingresada en estado crítico. En el tiroteo resultó herido también un bebé de tres meses. Murieron también dos soldados en activo y otro retirado. Cuatro de las víctimas eran mujeres, y una de ellas, Rebecca Wingo, de 32 años, tenía dos hijos.

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