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SALAM KAWAKIBI | Intelectual y opositor sirio

“Asistimos a una guerra fría con varias fuerzas regionales”

El intelectual sirio acusa a Occidente de no querer sacrificar sus intereses económicos con China y con Rusia

Salam Kawakibi.
Salam Kawakibi.

Reconocido y comprometido intelectual sirio, Salam Kawakibi se ha autoexiliado en París porque, dice, es la única manera de poder pronunciarse con libertad sobre su país. Mantiene hilo directo con los que están sobre el terreno y no oculta su cercanía con varios grupos opositores. Acusa a Occidente de no querer sacrificar sus intereses económicos con China y con Rusia a costa de los sirios, y advierte de las implicaciones regionales del conflicto sirio, que califica de “una nueva guerra fría”.

Pregunta. La superioridad militar del ejército es evidente. ¿Qué estrategia tienen en mente los rebeldes? ¿Cómo aspiran a derribar al régimen de Bachar el Asad?

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Respuesta. No quieren hacer una guerra de trincheras. Su opción es la guerra de guerrillas, las escaramuzas. Por eso lo tienen más complicado en Damasco. Alepo es diferente porque los rebeldes han conseguido crear una zona liberada, una continuidad territorial desde la frontera de Turquía. Las carreteras están bajo el control del Ejército Libre Sirio. Por ahí pueden llevar refuerzos de hombres, armas… La idea es que si consiguen tomar Alepo, podrán crear una zona de exclusión en el norte.

P. ¿Cómo se las arregla la gente en Alepo para sobrevivir?

R. El problema es que ahora en Alepo hay seis millones de personas, el doble de su población, porque está lleno de refugiados internos que habían llegado de Homs y de zonas rurales más castigadas. La situación humanitaria es crítica. Faltan medicinas y comida. La electricidad está cortada 10 horas al día. Un problema añadido es que el partido Baaz destruyó la sociedad civil. No hay ONG ni asociaciones que puedan ahora organizar a la gente.

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P. Se habla de la presencia de Al Qaeda en las filas opositoras.

R. Hay gente que viene de otros países. No forman parte del Ejército Libre Sirio, simplemente se aprovechan del caos y de las fronteras porosas. No creo, sin embargo, que sea un fenómeno muy importante. La sociedad siria nunca ha estado próxima a esta ideología, pero hay que estar atentos a la explotación ideológica y religiosa del conflicto.

P. ¿Hay peligro de que el conflicto termine en enfrentamiento entre sectas y confesiones?

R. No creo que eso vaya a suceder. La shabiha [los matones progubernamentales] no son hombres de una sola religión. Son simplemente gente utilizada por el poder para llevar a cabo su represión. Los sirios saben que no son los alauíes los que matan, que es el poder el que mata. A menudo los países occidentales hablan de guerra sectaria para justificar su inacción.

P. ¿Qué puede hacer Occidente?

R. Mucho. Hay muchos intereses económicos con Rusia. La cuestión siria es solo una parte de sus relaciones. Aparte de hacer comunicados de condena, Occidente puede ejercer una diplomacia efectiva con China y Rusia. Los rusos por lo menos son claros. Dicen lo que quieren y lo hacen. EE UU, no. Habla mucho y luego adopta posturas que no son muy distantes a las de los rusos.

P. ¿Qué diferencia hay entre la siria y otras primaveras árabes?

R. Hay que tener en cuenta el factor israelí. La posición geopolítica de Siria provoca el riesgo de que estalle un conflicto regional. Asistimos a una nueva guerra fría con varias fuerzas regionales. No hay que olvidar la posición iraní y cómo utilizan la carta siria. Las relaciones entre Teherán y Damasco son un matrimonio de conveniencia y los iraníes esperan un precio por el apoyo que prestan a Siria. Eso complica las cosas.

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