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El Pentágono extrema la alerta ante los ataques de soldados afganos a la OTAN

Este año se han producido 31 ataques de este tipo en el país asiático

Soldados del Ejército nacional afgano, el 9 de agosto de 2012.
Soldados del Ejército nacional afgano, el 9 de agosto de 2012.JALIL REZAYEE (EFE)

Dos soldados de los cuerpos de operaciones especiales de Estados Unidos fallecieron este viernes después de que un nuevo recluta de la policía local en la provincia de Farah, al Oeste de Afganistán, abriera fuego contra ellos. Los ataques de soldados y agentes del orden afganos contra tropas aliadas suponen ya una de cada diez muertes entre las fuerzas extranjeras en Afganistán, y ponen de relieve hasta qué punto se han infiltrado los insurgentes islamistas en el aparato de seguridad de un Estado que a finales de 2014 recobrará completamente su soberanía.

En el incidente en Farah, el nuevo recluta abrió fuego contra un grupo de soldados de EE UU, matando a dos de ellos y a otro recluta afgano. “El atacante fue disparado y falleció”, dijo el mando de las fuerzas de EE UU en Afganistán en un comunicado. En otro incidente separado, en el bastión talibán de Kandahar, un soldado afgano abrió fuego contra soldados extranjeros e hirió a dos de ellos. La Fuerza Internacional de Seguridad en Afganistán de la OTAN no reveló la nacionalidad de esos dos soldados heridos en Kandahar. Ese atacante también fue abatido.

El Pentágono se refiere a esos ataques fratricidas como “verde sobre azul” (por el color del uniforme afgano y el de la bandera de la OTAN, respectivamente) y admite que han aumentado notablemente en los pasados meses. Hasta la fecha, ha habido 31 de ellos en Afganistán. De ellos, 21 han sido mortales. Entre enero y agosto, 39 soldados de la OTAN han fallecido a causa de ellos, una cifra superior a la que se registró en todo 2012. Sólo la semana pasada hubo cinco ataques de ese tipo, y en ellos fallecieron siete soldados norteamericanos.

La Guerrilla Talibán ha encontrado en ellos una forma eficiente de diezmar a las tropas fuera de escenarios convencionales de combate. En su mensaje de conmemoración de final del Ramadán, el mulá Omar, líder de ese grupo insurgente, dijo estar ganando la guerra y recalcó la importancia táctica que para él tienen las infiltraciones entre los rangos de las fuerzas de seguridad afganas. “Los muyahidines se han infiltrado, de forma inteligente, en los rangos del enemigo, de acuerdo con un plan que se les dio el año pasado”, dijo Omar en ese mensaje, interceptado y traducido por SITE Intelligence Group.

“Los invasores extranjeros y sus aliados en los centros y bases militares sufren golpes aplastantes por estos heroicos soldados “, añade el líder insurgente. El comandante de las tropas aliadas en Afganistán, general norteamericano John Allen, le acusó ayer de tratar de manipular la opinión pública en un comunicado con duras palabras: “El orgullo de la ciudadanía afgana se ha visto traicionado por asesinos que fingen ser soldados y policías, y aun así siguen representando a lo peor de la humanidad”. Lo que debería hacer Omar, añade, “es dejar de estar masacrando a afganos inocentes”.

En 2014 culminará el repliegue de tropas aliadas en Afganistán. Este verano están retirándose 30.000 soldados de EE UU, dejando el contingente militar norteamericano en 68.000 hombres y mujeres hasta diciembre. Entonces, ese mismo ejército afgano infiltrado ahora por la Guerrila Talibán, comenzará a asumir el control total de la seguridad de un país que lleva 11 años bajo la tutela de la OTAN.

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En el Pentágono preocupan los ataque fratricidas. “La verdad es que los talibanes no han sido capaces de ganar ningún terreno perdido, y ahora recurren a este tipo de ataques para causar estragos”, dijo recientemente el Secretario de Defensa, Leon Panetta. Fuentes militares norteamericanas han asegurado recientemente que no todos esos ataques de “verde sobre azul” obedecen a actividad insurgente. Apuntan a que una considerable cantidad de ellos han sido provocados por disputas o rencillas personales en las bases militares.

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