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Los observadores militares de la ONU admiten su fracaso y abandonan Siria

Los monitores afirman que ningún bando cumplió el compromiso de tregua

Sirios se manifiestan el domingo contra el régimen sirio en Jordania.
Sirios se manifiestan el domingo contra el régimen sirio en Jordania.J. NASRALLAH (EFE)

Los observadores militares de Naciones Unidas partieron de Damasco después de terminar una misión de cuatro meses en la que no han sido más que meros espectadores del conflicto que desangra Siria. “Nuestra misión ha fracasado porque ninguna de las partes cumplieron sus compromisos”, aseguró uno de los observadores mientras varios vehículos partían de su hotel de Damasco con gran parte de los últimos militares extranjeros al servicio de una misión de la ONU que llegó a tener 300 miembros. Los últimos marcharán el viernes.

Los monitores desarmados suspendieron sus actividades en junio después de ser atacado uno de sus convoyes, y ahora solo permanecerá en la capital siria un enlace de la ONU para el caso de que pueda reanudarse una negociación política.

La tregua que proponía Kofi Annan, el mediador de Naciones Unidas que ya ha dimitido, jamás entró en vigor desde que el 12 de abril se intentara imponer un alto el fuego. Ni los rebeldes ni las fuerzas del régimen de Bachar el Asad se mostraron nunca dispuestos a aceptar el alto el fuego. El Gobierno, porque no podía permitirse retirar a los cuarteles los tanques y los soldados; los insurrectos, porque no están dispuestos a ninguna solución que excluya la desaparición política de El Asad. Desde ese 12 de abril, alrededor de 9.000 personas —más de 20.000 desde que la revuelta se inició en marzo de 2011, según los grupos de oposición en el exilio— han perdido la vida en Siria.

La guerra continuaba ayer el patrón de las últimas semanas: bombardeos aéreos y de artillería en las provincias de Alepo y en la capital, Damasco. Y ante la perspectiva de que las potencias en el Consejo de Seguridad sean incapaces de poner fin a la contienda y que el conflicto pueda prolongarse mucho tiempo, la misión de Lajdar Brahimi, el diplomático argelino que reemplaza a Annan como mediador, parece condenada también al fracaso.

Brahimi se reunió ayer en París con el presidente francés, François Hollande, el primer líder occidental con quien se entrevista. Y las primeras declaraciones del diplomático argelino ya suscitaron controversia porque aludían, con palabras que crearon confusión, a si El Asad debe permanecer en el poder. Los insurgentes arremetieron contra Brahimi, mientras el Gobierno aseguraba que el mediador no era quién para decidir quién debe dirigir Siria.

Francia quiere discutir la situación con Rusia

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El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, señaló que para acabar con el régimen sirio de Bachar el Asad es necesario discutir con Rusia, uno de sus principales aliados, para ahogarlo financieramente. En una entrevista concedida a la emisora de radio francesa RTL, Fabius afirmó que el conflicto con los rebeldes, que dura ya 17 meses, le cuesta a Damasco unos 1.000 millones de dólares (más de 800 millones de euros) por mes, lo que, según el ministro francés, significa que a El Asad "no le queda dinero más que para unos meses, salvo que reciba ayuda de Rusia o de Irán".

"Tiene que haber discusiones cuando menos con Rusia, ya que con Irán son extremadamente difíciles", señaló Fabius en referencia al otro gran aliado de Siria. "Intentamos apretarle el cuello por todos los canales posibles, y en particular por el canal financiero", explicó el jefe de la diplomacia francesa.

Mientras la dilpomacia continúa estancada, la violencia no da respiro en Siria. Al menos 84 personas han muerto el domingo a lo largo del país árabe, según ha afirmado este lunes el Observatorio Siro para los Derechos Humanos (OSDH). Esa organización opositora con sede en Londres señala que se produjeron enfrentaminetos entre rebeldes y tropas leales al régimen en varios barrios del sur de Damasco.

En un día de celebraciones por el fin del Ramadán, la jornada que eligió el presidente sirio para hacer su segunda aparición en público desde el atentado del 18 de julio en Damasco, el OSDH ha registrado la muerte de 34 soldados del régimen, 28 civiles y 22 rebeldes. La televisión siria mostró a Bachar el Asad en diferentes momentos del rezo en una mezquita de la capital siria durante la celebración del Eid al Fitr.

Sobre la posibilidad de armar a los insurgentes, el ministro francés de Exteriores señaló que hay países que aportan armas a El Asad, entre los que citó a Rusia e Irán, y que otros, "en su mayor parte árabes", proveen a los rebeldes.

El viceministro de Asunto Exteriores ruso, Guennadi Gatílov, manifestó este lunes la preocupación de Moscú sobre supuestos indicios de envíos de armas "de procedencia occidental" a la oposición siria. "Cada vez se constatan más hechos, también en los medios de comunicación, de envíos masivos de armas de procedencia occidental a la oposición siria a través de terceros países", escribió el viceministro ruso en su página de Twitter, sin ofrecer más detalles.

"Nosotros estamos atados por nuestro embargo de armas, pero aportamos material no letal, como prismáticos especiales para visión nocturna y equipos de telecomunicaciones", señaló a su vez el ministro francés. Estados Unidos y Reino Unido también afirman que proveen de material no letal a los rebeldes, mientras que se cree que Catar y Arabia Saudí, opositores de El Asad en la región, financian la provisión de armas a los insurgentes. El régimen sirio compró a Rusia alrededor de 800 millones de euros en armas el año pasado.

Fabius, no obstante, precisó que "hay una serie de discusiones internacionales" sobre cómo hacer frente a los ataques aéreos que lleva a cabo El Asad, cuyo régimen, según añadió el ministro francés, "ha decidido seguir en el poder contra su pueblo".

A la luz de los supestos indicios de envíos de armas a los rebeldes, Gatílov cuestionó las propuestas de algunas potencias occidentales para aprobar nuevas sanciones contra el régimen sirio. "En estas condiciones, es curioso cómo ven nuestros socios occidentales que apoyan (nuevas) sanciones contra Siria las garantías de que éstas se cumplan", manifestó el diplomático de Rusia, que al igual que China, ha vetado todas la resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para sancionar al régimen sirio.

Preguntado por la forma de afrontar ese bloqueo en el Consejo de Seguridad, Fabius respondió que la posición de Francia es que "no se puede intervenir en un conflicto sin un mandato internacional, sea de la ONU o de la OTAN".

El jefe de la diplomacia francesa, no obstante, afirmó que si el conflicto dura, "se plantea la cuestión de las zonas de exclusión aérea", aunque precisó que esa opción, que el año pasado fue fundamental para el triunfo de los rebeldes libios frente a Muamar el Gadafi, es "muy complicada" debido al bloqueo en la ONU.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, insistió el sábado pasado  en la conveniencia de un alto en fuego en Siria garantizado por los integrantes del Grupo de Acción, integrado por las principales potencias mundiales, más Irán y Arabia Saudí.

"Volvemos a proponer el cese de hostilidades, esta vez bajo responsabilidad de los jugadores externos que tienen influencia tanto en el Gobierno como en los grupos armados de la oposición", declaró Lavrov. "Si deseamos el éxito del proceso político, debemos volcarnos juntos sobre las fuerzas opositoras para obligarlas a dejar de disparar (...) y comenzar a buscar acuerdos", afirmó.

El jefe de la diplomacia rusa puso en duda la futura labor del nuevo enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Lajdar Brahimi, sin un alto de fuego entre las partes enfrentadas en el conflicto sirio. El diplomático argelino aceptó reemplazar al Kofi Annan en sus labores de mediación, tras la renuncia del ghanés al cargo por el fracaso de su plan de paz de seis puntos.

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