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Las comparecencias más relevantes de la Convención Demócrata

Abre el encuentro el alcalde hispano de San Antonio, Julián Castro, y lo cierra el presidente, Barack Obama. Las estrellas del Partido toman el estrado en Carolina del Norte.

Este martes abre sus puertas la Convención Demócrata en Charlotte. Se congregan en esta ciudad de Carolina del Norte 6.000 delegados llegados de los 50 Estados y los territorios norteamericanos, para aclamar a sus candidatos a la presidencia y vicepresidencia y para pactar un programa político que dirija las líneas maestras del Partido en los próximos cuatro años. Tomarán el estrado las estrellas más destacadas de la política demócrata a nivel nacional, estatal y local. Desde un hasta ahora desconocido alcalde hispano de Tejas, al presidente de la nación, estos son los discursos más relevantes del cónclave electoral de los demócratas, que buscan asegurarse de nuevo la Casa Blanca y volver a controlar el Capitolio.

Martes
Charlotte Prepares For Democratic National Convention

Julián Castro

Esta noche, Julián Castro, de 37 años, alcalde hispano de San Antonio, Tejas, dará el discurso de apertura formal de la Convención Demócrata. Es una gran oportunidad para el partido -por la captura del voto latino- y para él. En 2004, un joven senador de Illinois tuvo ese honor. Se llamaba Barack Obama, y en sólo cuatro años se aseguró la presidencia del país. Ahora, el Partido Demócrata apuesta por colocar en primera línea de la política nacional a un joven hijo de una activista por los derechos de los hispanos y nieto de una inmigrante mexicana. Castro narrara esta noche su vida como un camino más recorrido dentro del llamado sueño americano, de barrios pobres de San Antonio a las prestigiosas universidades de Stanford y Harvard y a la alcaldía en 2009.

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Michelle Obama

Un discurso de tinte ideológico, y cometerá los errores de Hillary Clinton cuando era primera dama, para muchos demasiado inmiscuida en asuntos políticos. Otro más personal y familiar, y se convertirá en un reflejo de Ann Romney, la abnegada esposa que habló sólo de sus hijos y su marido en su intervención en la Convención Republicana. La popular primera dama debe mantener esta noche un complicado equilibrio. Los analistas esperan de ella un discurso de tintes positivos, centrados en los logros de su marido y sus propias iniciativas -la defensa de la sana alimentación y del deporte- para justificar la necesidad de quedarse cuatro años más en la Casa Blanca. Pero deberá hablar también de su vida familiar, y del papel del presidente como padre y marido. Es algo que Michelle Obama hizo ya con maestría en la campaña de 2008.

Miércoles

Elizabeth Warren

Se la ha definido como la voz de la conciencia de la izquierda de EE UU. Abogada experta en finanzas, profesora en Harvard, llega a la Convención de Charlotte como una estrella del Partido Demócrata, pero en una situación complicada en las elecciones a las que se presenta, en Massachusetts. Elizabeth Warren aspira a ocupar el escaño de la familia Kennedy, el que dejó vacante Ted Kennedy al fallecer en verano de 2009. Entonces, en unas elecciones especiales, ganó aquel asiento el republicano Scott Brown, que ahora se juega la reelección. Warren, con un discurso anclado en la izquierda, altamente crítico con Wall Street y los excesos de las instituciones financieras, ha despertado recelos entre el electorado más moderado. Las últimas encuestas le ofrecen una ligera ventaja al republicano.

Bill Clinton

Mucho se ha escrito sobre los recelos entre la familia Clinton y Barack Obama después de las reñidas primarias demócratas de 2008. Ahora Clinton toma el estrado en la segunda noche de la Convención, para pedir el voto para aquel que hace sólo cuatro años era su rival dentro del Partido. Clinton dejó la Casa Blanca en 2000 con un superávit presupuestario, y con una economía al alza. Obama hace mención a ese hecho en algunos de sus discursos de campaña. Y ahora le ha pedido al expresidente que dé las explicaciones él mismo. Se espera que Clinton ataque duramente las propuestas económicas del candidato republicano, Mitt Romney, y que enardezca a las bases demócratas con su estilo, más exaltado que el del cerebral presidente actual. Una condición ha impuesto el expresidente Clinton: los asesores de Obama sólo verán su discurso unas pocas horas antes de que lo pronuncie. Y tendrán poco poder para cambiarlo. Algún precio debían tener por tener sobre el estrado a alguien del que se dice que puede defender a Obama mejor que él mismo.

Jueves
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Joe Biden

En las elecciones presidenciales norteamericanas, el papel del vicepresidente es el de atacar con dureza al adversario. Se espera que Joe Biden ataque a Mitt Romney con tanta determinación como Paul Ryan lo hizo con Barack Obama en la Convención Republicana de Tampa, la semana pasada. Pero Biden debe contenerse. Del pasado, distante y reciente, se recuerdan sus salidas de tono, como cuando dijo a los votantes de Virginia, a mitad de agosto: “El Wall Street de Romney os pondrá de nuevo a todos los grilletes”. Con un presidente afroamericano en la Casa Blanca, y dado el lejano pasado esclavista de EE UU, esas declaraciones causaron una profunda irritación en el campo republicano. A diferencia de en la Convención Republicana, Biden no tiene su propia noche para brillar como candidato. Dará el discurso previo al del presidente, para otorgarle a este todo el protagonismo final.

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Barack Obama

Aunque Barack Obama lleva desde el inicio del verano inmerso en una intensa campaña electoral, recorriendo el país con actos de recaudación de fondos y mítines, se espera que el jueves, aquí en Charlotte, dé razones de peso al electorado para que vuelva a votar por él, algo de lo que depende para poder despegar en las encuestas y alejarse del republicano Mitt Romney, con quien está en situación de empate técnico. Cuando Obama hable quedarán exactamente dos meses para la jornada de elecciones. Su discurso inaugurará la recta final en la que se decidirá si logra otros cuatro años en la Casa Blanca.

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