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Los yihadistas de Malí amputan las manos a cuatro supuestos ladrones

Los islamistas han asegurado que la aplicación de la 'sharia' no admite discusión y que nadie puede impedirlo

José Naranjo
Un grupo de malienses que reciben formación militar en Mopti.
Un grupo de malienses que reciben formación militar en Mopti.AFP

El Movimiento por la Unicidad del Yihad en África del Oeste (MUYAO), que desde finales de junio controla la región de Gao, en el norte de Malí, parece dispuesto a continuar aplicando una visión radical de la sharia o ley islámica. Este lunes, miembros de este grupo terrorista han efectuado nuevas amputaciones a cinco supuestos ladrones. Según testimonios de residentes en la ciudad de Gao, uno de los ladrones ha sufrido la amputación del pie izquierdo y la mano derecha y los otros cuatro de la mano derecha.

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Los hechos tuvieron lugar este lunes 10 de septiembre. La primera víctima sufrió este castigo en la plaza de la Independencia de Gao, aunque en esta ocasión los vecinos no fueron informados y tan solo pudieron ver el rastro de sangre provocado por las amputaciones de pie y mano. A los otros cuatro presuntos delincuentes se les cortó la mano en un lugar desconocido. Todos fueron llevados posteriormente al hospital para que les atendieran de sus graves heridas. Al parecer, se les acusaba de haber atracado a los ocupantes de un vehículo que se dirigía de Gao a Niamey (Níger) hace aproximadamente un mes.

No es la primera vez que los yihadistas realizan castigos corporales severos en el norte de Malí. El pasado 29 de julio, una pareja fue lapidada hasta la muerte en Aguelhok por tener dos hijos sin estar casados. Una semana después, el 8 de agosto, un supuesto ladrón sufrió el castigo de la amputación de su mano derecha en Ansongo. Asimismo, decenas de personas han sido castigadas con latigazos por beber alcohol o fumar cigarrillos.

Esta interpretación radical de la ley islámica que el MUYAO impone en la región de Gao se ha encontrado, en ocasiones, con el rechazo de la población, que ha llegado a enfrentarse a los radicales para evitar la aplicación de las sentencias. Sin embargo, en esta ocasión las amputaciones se produjeron a escondidas de los ciudadanos. Los yihadistas han asegurado que la aplicación de la sharia no admite discusión y que nadie puede impedirlo.

Decenas de personas
han sido castigadas con latigazos
por beber alcohol o fumar cigarrillos
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Estos hechos se producen tan solo dos días después de que el Ejército de Malí asesinara a 16 predicadores del movimiento islamista de carácter no violento Yama’a al-Tabligh al-Da’wa en la localidad de Diabali (región de Segou, controlada por el Ejército) cuando estos se dirigían a una conferencia religiosa en Bamako. Los predicadores, mauritanos y malienses, fueron interceptados en un control militar y tiroteados por el Ejército en circunstancias que aún no están del todo claras. El Gobierno mauritano ha lamentado los hechos y exigido una explicación a las autoridades malienses, que han anunciado una investigación.

Grupos terroristas e islamistas radicales como el MUYAO, Ansar Dine (Defensores de la Fe) y Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) controlan tres regiones del norte de Malí, Gao, Kidal y Tombuctú, prácticamente dos terceras partes del país, después de haber expulsado al Ejército malí a finales del pasado mes de marzo en una ofensiva combinada con los rebeldes tuareg del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) y tras derrotar también a estos en junio.

La semana pasada, el presidente interino de Malí, Dioncounda Traoré, solicitó formalmente ayuda a la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (Cedeao) para recuperar el norte del país y combatir a estos movimientos terroristas. El próximo 26 de septiembre está prevista la celebración en Nueva York de una Conferencia sobre el Sahel promovida por el Gobierno francés a la que están invitados 60 jefes de Estado, en la que el problema malí y los perfiles de una posible intervención militar africana centrarán los debates.

La Cedeao ha intentado en dos ocasiones que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas apruebe una resolución de dé su visto bueno a una operación militar en suelo malí, pero hasta ahora la ONU se ha limitado a pedir más información. El presidente de la Cedeao, el marfileño Alassane Ouattara, ha asegurado que una fuerza de 3.300 soldados está ya dispuesta a intervenir en cuanto obtenga el citado respaldo internacional. Sin embargo, la junta militar golpista que aún mueve los hilos en Bamako, al frente de la que se encuentra el capitán Sanogo, se ha mostrado contraria a una operación de este calibre y ha exigido que, en ningún caso, una fuerza militar extranjera se despliegue en el sur del país, la zona bajo su control.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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