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Seguridad y comercio dominan la reunión entre Peña Nieto y Pérez Molina

El presidente electo mexicano inicia su primera gira internacional en Guatemala

Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, posan junto al mandatario guatemalteco, Otto Pérez Molina y la primera dama, Rosa Leal de Pérez
Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, posan junto al mandatario guatemalteco, Otto Pérez Molina y la primera dama, Rosa Leal de Pérez S. M. (EFE)

El presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, inició este lunes en Guatemala su primera gira al exterior desde que su triunfo en las urnas fuera ratificado por las autoridades electorales de su país. Peña Nieto confirma así una tendencia de los últimos años, que concede una creciente prioridad a las relaciones bilaterales mexicano-guatemaltecas.

Este acercamiento está marcado por razones económicas y geopolíticas. Guatemala es el principal socio comercial de México en el área centroamericana, con una balanza favorable al país vecino en una proporción de tres a uno. Pero más importante es el tema de la seguridad: la débil institucionalidad del Estado guatemalteco se ha traducido en que el país se haya convertido en una suerte de santuario para las mafias criminales que operan en el país vecino, al grado de instalarse en la zona fronteriza, desde donde mantienen un estricto control del tráfico de drogas hacia territorio mexicano para saltar al gran mercado estadounidense.

En una rueda de prensa al final de la reunión entre Peña Nieto y Pérez Molina, a la que posteriormente se unieron los ministros guatemaltecos y el equipo de transición del futuro gobernante de México, ambos mandatarios coincidieron en que los temas centrales habían sido la búsqueda de soluciones a la creciente inseguridad imperante en la zona fronteriza, y la crisis de los migrantes. “Pero esto es solo el inicio. Habrá que ir más allá”, comentó el mandatario guatemalteco. Peña añadió que buscarán una agenda conjunta, que pasa por una mayor integración de México con la región centroamericana.

México y Guatemala comparten 956 kilómetros de frontera, mayoritariamente en las zonas selváticas de Chiapas y Petén. Esto explica la existencia de unos 1.000 pasos clandestinos, mientras que solo hay ocho para el tránsito legal de un país a otro.

La probable existencia de laboratorios para la elaboración de drogas sintéticas parece una amenaza mayor. En las últimas semanas, las autoridades guatemaltecas se han incautado 57.000 kilos de precursores químicos procedentes, mayoritariamente, de China y con destino a empresas de cartón (inexistentes), teóricamente establecidas legalmente en el país centroamericano.

El narcotráfico ya no es el único negocio de estos grupos. El tráfico de emigrantes clandestinos, entre ellos chinos y africanos que gracias a la corrupción llegan a obtener pasaporte guatemalteco, son otros aspectos de la globalización del crimen. Particularmente doloroso resulta el tema de los migrantes. Muchos mueren asesinados al no aceptar trasladar a suelo estadounidense los alijos de droga o, en el caso de las mujeres, ser obligadas a prostituirse.

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En lo que va del año, México ha deportado a casi 11.300 inmigrantes. Las expulsiones alcanzaron 31.427 en 2011. Muchos de ellos han elevado quejas de maltrato por parte de las autoridades del país vecino y los mandatarios habrían discutido alguna fórmula para poner fin a esta práctica.

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