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El Gobierno portugués anuncia una subida del Impuesto de la Renta

El ministro de Finanzas ha anunciado un paquete de medidas que sustituirán la polémica propuesta de rebajar el sueldo de manera general

Antonio Jiménez Barca
El ministro de Finanzas portugués, Vítor Gaspar.
El ministro de Finanzas portugués, Vítor Gaspar.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)

El Gobierno portugués —que retiró hace días una bajada general de salarios por la multitudinaria contestación social— está decidido a recaudar casi como sea los 4.000 millones de euros que iba a ingresar con esa idea desechada a fin de embridar el déficit. Así, va a subir el Impuesto de la Renta de forma generalizada para el 2013. “Es el mismo robo por distinta vía”, resume el secretario general del Partido Comunista Portugués, Jerónimo de Sousa. El ministro de Finanzas, el puntilloso Vítor Gaspar, anunció este miércoles la batería de medidas que, en la práctica, sustituirán a la polémica rebaja de sueldos. El Gobierno, por un lado, reducirá los escalones del impuesto, de ocho a cinco, a fin de recaudar más, e instaurará una sobretasa del 4%. En resumen: de media, la tasa crecerá de un 9,8% a un 13,2%. Según varios medios portugueses, que se apresuraron a hacer cuentas y números junto con todo el país, esto significará que la factura del impuesto se incrementará, de media, un 30% como mínimo.

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Los funcionarios y pensionistas, eso sí, que habían visto volatilizarse hace un año sus dos pagas extras, verán regresar una el año que viene. El diputado socialista Pedro Marques resumió también este cambio en una sola frase: “Le da a los funcionarios una paga con una mano y se la quita con la otra”.

En el fondo, se trata de barajar otra vez las cartas pero el juego (y el dinero que se pretende ahorrar) es el mismo. El Gobierno matiza que la naturaleza progresiva del Impuesto de la Renta convierte esta modalidad en más equitativa y además asegura que el conjunto de los trabajadores, a la postre, quedarán mejor que con la bajada general de salarios, que llegaba hasta el 7%.

Gaspar añadió que el Gobierno también seguirá ejecutando un presupuesto cada vez más restrictivo y que tiene la intención, sin concretar demasiado, de tasar las transacciones financieras y de incrementar lo que pagan ahora los propietarios de inmuebles de un valor superior a un millón de euros, a los de coches de alta cilindrada y barcos de lujo. También tiene previsto incrementar la tasa sobre el tabaco.

Gaspar, que calificó él mismo de “enorme” la subida de impuestos, recordó que el país aún vive “momentos críticos” y que el próximo ocho de octubre, en Luxemburgo, la Unión Europea deberá aprobar la séptima franja del préstamo de 78.000 millones de euros que hace un año y medio sacó a Portugal de la bancarrota. Una manera de recordar a los ciudadanos que viven tutelados por los acreedores y que la troika —que, por cierto, conoció estas medidas dos días antes que los portugueses— vigila de cerca los movimientos de todos.

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El panorama que pintó Gaspar es malo. La economía caerá este año un 3% y sólo a partir de julio de 2013 comenzará a crecer. Y el paro, que ahora roza el 16%, llegará al 16,7%. El ministro de Finanzas aseguró, por el contrario, que Portugal, a su juicio, gana credibilidad día a día en los mercados y en el mundo, pero luego añadió que el país no está en una situación de crisis económica sino de emergencia social. Y aclaró que el Gobierno trata, “sin confiar en atajos ni caminos fáciles”, de salir de un círculo vicioso. La oposición –y las asociaciones de consumidores y buena parte de los economistas portugueses- opinan precisamente lo contrario: la receta de los recortes a machamartillo propugnada por el Gobierno ha adelgazado tanto la economía real del país que éste se arrastra, precisamente, en un círculo vicioso (austeridad-recesión-más austeridad-más recesión…) del que Gaspar quiere salir.

El Gobierno portugués, pues, mueve ficha. Ahora es el turno de la oposición. Este jueves hay anunciadas dos mociones de censura, convocadas por el Partido Comunista Portugués y el Bloque de Izquierda. El Partido Socialista portugués (PS) ya ha manifestado que se abstendrá, apelando a un sentido de responsabilidad, pero también ha aclarado que votará en contra al presupuesto del año que viene, donde se incluyen estas medidas anunciadas ayer. La decisión puede parecer simbólica (la coalición gubernamental goza de mayoría absoluta en el Parlamento), pero quebrará un hasta ahora preciado consenso político bien visto por la troika.

Por su parte, el sindicato CGTP, que el pasado sábado reunió a miles de personas para protestar por los recortes, anunció, simplemente, la convocatoria de una huelga general para el próximo 14 de noviembre.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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