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Piotr Serafin, la calculadora

El secretario de Estado de Asuntos Europeos es al mismo tiempo asesor del ramo del primer ministro polaco, Donald Tusk

En casa es un apasionado de la cocina. En el trabajo lleva las cuentas y planifica con no menos entusiasmo. De sí mismo, dice un poco avergonzado: “Probablemente soy un adicto al trabajo”. No le gusta mucho mostrarse en público.

Piotr Serafin es desde el mes de mayo secretario de Estado de Asuntos Europeos del Ministerio de Asuntos Exteriores y al mismo tiempo asesor de Asuntos Europeos del primer ministro polaco, Donald Tusk. Esta doble función la inventó él mismo para poder estar más cerca del jefe de Gobierno. “Mi tarea consiste en informar al primer ministro sobre dónde puede encontrarse con problemas en la Unión Europea. E intentar que sean los menos posibles”, explica en un restaurante tailandés de Varsovia comiendo curry rojo y blanco.

De paso ha conseguido convencerme de que la comida tailandesa, su favorita, se parece mucho a la comida tradicional polaca -“una combinación parecida de sabores dulces y agrios”, dice. La cocina, incluida la tradicional polaca, es su mayor pasión. Él mismo cocina muy bien y es capaz de seleccionar los platos adecuados a lo que la situación y las tareas requieren. Fue gracias a él que los ministros de Asuntos Europeos de Alemania y Francia (del Triángulo de Weimar) fueron agasajados hace poco en una reunión en la localidad de Natolin con una lucioperca a la melisa (en salsa de alajú), una sopa de romero y una gallina de Guinea con salsa de grosellas. “Es lo que se llama reconstrucción culinaria”, explica Serafin.

Tiene 38 años y una experiencia de 14 en la retaguardia europea del Gobierno. Es una apasionado de la Unión Europea desde principios de los años noventa, en la época en que estudiaba derecho en la Universidad de Varsovia. Hizo un curso sobre derecho europeo y derecho inglés en la Universidad de Cambridge. Más tarde, en la Escuela de Comercio de Varsovia conoció el Science Po (Instituto de Ciencias Políticas de París) francés. “Esos estudios interdisciplinarios me abrieron los ojos”, cuenta.

"Tenía la sensación de que en la vida no volvería a pasarme algo más importante [que el acceso de Polonia a la UE]"

En 1998, cuando todavía estaba haciendo la carrera, llegó a la Oficina del Comité de Integración Europea. Por aquel entonces estaban comenzando las negociaciones de cara a la incorporación de Polonia a la Unión Europea. Dentro del equipo de Jan Kułakowski, entonces al frente de las negociaciones, se encargaba de los bancos, los impuestos y el presupuesto que tenía que llegar a la UE. El joven licenciado aprendía deprisa. “Pronto empezó a ocuparse de los temas presupuestarios”, comenta una de las personas que trabajaba con él.

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El 13 de diciembre de 2002, durante la cumbre de Copenhague, Polonia estaba finalizando sus negociaciones con la UE. En el momento clave de las negociaciones, un Serafin que entonces tenía apenas 28 años se encontraba rodeado por las personas más importantes del Gobierno: el primer ministro Leszek Miller, el jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores Włodzimierz Cimoszewicz y la entonces ministra de Asuntos Europeos Danuta Huebner. “Entonces me transformé en una calculadora. Me dediqué a hacer el cálculo de si nos compensaba lo que nos estaba proponiendo el canciller alemán Gerhard Schröder. Tenía la sensación de que en la vida no volvería a pasarme algo más importante que aquello”, cuenta.

El siguiente presupuesto de la Unión que negoció (como presupuesto integral para los años 2007-2013), lo hizo ya como director de la Oficina polaca del Comité de Integración Europea.

Pese a su corta edad, Serafin es hoy toda una institución en lo que se refiere a temas europeos. Ha participado en todas las batallas difíciles para Polonia dentro de la UE: desde los presupuestos hasta las negociaciones sobre el clima, pasando por la tan cacareada batalla por el sistema elemental de voto en el año 2007, por el que en cierto momento se declaró dispuesto a morir el entonces primer ministro Jarosław Kaczyński. Ahora su tarea principal son de nuevo los presupuestos de la UE para los años 2014-2020, de los cuales depende el que Polonia alcance en un determinado momento a la media Europea. El sherpa polaco se encuentra en una situación cómoda: se sabe al dedillo la propuesta presupuestaria de la Comisión Europea, ya que en cierto modo él mismo la ha preparado como miembro del gabinete del comisario de la UE que se dedica a los presupuestos, Janusz Lewandowski (que lo es desde el año 2010).

"En Bruselas tenía tiempo para cocinar. Ahora tengo bastante menos”, comenta. Y su familia, ¿cómo lleva lo de su adicción al trabajo?. “Cuando puedo, intento leerles a mis hijas un cuento a la hora de dormir”. “La fuerza de Piotr es su excepcional sentido del humor junto con su increíble implicación emocional”, dice del sherpa polaco una de sus colaboradoras de Bruselas. “Algo poco frecuente en los hombres”, añade.

¿Y sus lados negativos? Serafin siempre se ha mantenido en un segundo plano, evita presentarse a los medios de comunicación, lo cual en la era de la mediatización de la política puede resultar molesto. Pero Serafin pretende conseguir un estilo propio. No le divierte la manipulación mediante los medios de comunicación. Su reino es el de la planificación y las cifras. Allí no hay lugar para numeritos.

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