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El fantasma del ‘caso Bo Xilai’ frena las aventuras reformistas

Los siete integrantes del Comité Permanente del Politburó intentarán recuperar parte de la credibilidad perdida

Bo Xilai, en Pekín, el pasado abril.
Bo Xilai, en Pekín, el pasado abril. HOW HWEE YOUNG (EFE)

La nueva dirección colegiada de China revela que el Partido Comunista (PCCh) ha optado por restañar sus heridas en lugar de aventurarse por vías demasiado reformistas y desconocidas. La principal misión ahora es garantizar la supervivencia del sistema tras el durísimo golpe a la credibilidad del PCCh que supuso el caso Bo Xilai, cuyo fantasma planeó sobre la celebración del 18º Congreso del partido, iniciado el 8 de noviembre.

De los siete integrantes el Comité Permanente del Politburo solo dos —Xi Jinping y Li Keqiang— permanecerán una década en el máximo órgano del poder chino. Los otros cinco son veteranos, con una larga carrera política, que habrán sobrepasado los 68 años —el tope para ser electo— cuando dentro de cinco años se celebre el 19º Congreso del PCCh. Todos ellos son considerados hombres de consenso y, en especial, se atribuye a los cinco que ostentarán el poder solo cinco años una gran experiencia y capacidad de negociación para tratar de recuperar al menos una parte de la credibilidad perdida entre los 82 millones de militantes y frente a los 1.350 millones de habitantes del país.

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Bo Xilai, conocido como el príncipe rojo por aglutinar el descontento de quienes se han quedado al margen del espectacular avance chino de las últimas tres décadas, era uno de los políticos más populares del país y estaba llamado a entrar ayer en el Comité Permanente del Politburo. Pero tras ser destituido en marzo como alcalde y jefe del partido de la municipalidad de Chongqing —la más poblada de China, con 32 millones de habitantes—, el pasado día 4 fue expulsado del PCCh y se encuentra a la espera de ser juzgado por corrupción, abuso de poder y por mantener “relaciones inapropiadas con numerosas mujeres” y ocultamiento del asesinato de un súbdito británico por su esposa.

Los dirigentes chinos han querido mandar un mensaje de calma a la población, al alzar como número tres del poder y futuro presidente de la Asamblea Popular Nacional a Zhang Dejiang, el hombre que recibió el duro encargo de poner orden en Chongqing tras la caída de Bo. <CO>Los anteriores presidentes de la APN, en tanto que la Constitución les convierte en jefes de Estado si este fallece, eran el número dos del PCCh, pero los 66 años de Zhang y el hecho de que entra por primera vez en el Comité Permanente le situaron por detrás de Li Keqiang.

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