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Hollande afronta en Malí su primera guerra

El presidente francés reconoce que sus fuerzas armadas están dando apoyo al Ejército de la excolonia africana para contener el avance de los yihadistas

El presidente francés, François Hollande, este viernes en el Elíseo.
El presidente francés, François Hollande, este viernes en el Elíseo. Philippe Wojazer (AP)

El presidente francés, François Hollande, ha colocado este viernes a su país en primera línea de fuego del avispero islamista de Malí y el Sahel. A los nueve meses de llegar al Elíseo y tras ordenar la retirada anticipada de las tropas de Afganistán, el jefe de Estado socialista afrontará en las próximas semanas y meses un conflicto incierto en la antigua colonia francesa.

El avance de la guerrilla yihadista que controla el norte de Malí hacia el sur del país ha obligado a París a desplegar sus aviones para echar un capote a las desbordadas fuerzas del Gobierno interino de Bamako, que el jueves pidió ayuda desesperada a Francia y a la ONU, después de que los islamistas tomaran la estratégica ciudad de Konna (centro del país), donde algunos testigos dijeron haber presenciado “una carnicería”.

Como suele ser norma, la confusión y la desinformación oficial han marcado las primeras noticias sobre este conflicto largamente aplazado por la comunidad internacional, y que según los expertos coloca en situación de riesgo a las tropas francesas movilizadas en países vecinos como Chad y Costa de Marfil.

Quizá por eso, el Elíseo ha desmentido categóricamente haber desplegado un destacamento militar en Bamako, y se ha limitado a recordar que el número oficial de sus tropas en Malí se eleva a 14 militares. Pero, poco después de que París ordenara evacuar a su personal no militar en el país, y ya al final de la jornada, Hollande ha reconocido oficialmente la intervención militar. “Las fuerzas armadas francesas han aportado esta tarde su apoyo a las unidades malienses para luchar contra esos elementos terroristas”, ha afirmado el presidente.

El caos inicial que acompaña a todo escenario de guerra ha llevado a varios medios a informar de un supuesto despliegue de tropas “europeas”, y entre ellas las alemanas, en el país africano, pero Berlín ha negado con rotundidad haber enviado soldados. El ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, ha aventurado, quizá de forma irónica, que el error de la información pudo deberse a la presencia entre las tropas francesas de miembros “germanohablantes” de la Legión Extranjera, la célebre unidad de élite del Ejército galo, informa desde Berlín Juan Gómez.

El liberal Westerwelle ha añadido que “no habrá una solución solamente militar” para los problemas de la zona y ha llamado a “intensificar los esfuerzos políticos” para detener el avance de los islamistas. Tampoco el ministro de Defensa, el democristiano Thomas de Maizière, considera que “se den todavía” las condiciones para una incursión alemana.

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Los grupos terroristas islámicos del norte de Malí controlan dos tercios del territorio nacional tras el golpe de Estado del pasado marzo. Aplican desde entonces una interpretación estricta de la ley islámica (sharia) que incluye ejecuciones públicas, lapidaciones, amputaciones o latigazos.

La ofensiva de las milicias yihadistas precipitó el jueves la intervención extranjera. El Consejo de Seguridad de la ONU pidió el “despliegue rápido” de la fuerza internacional de apoyo a Malí, aprobada en diciembre pasado en una declaración votada durante una reunión de urgencia.

Entretanto, Hollande ha aprovechado un discurso protocolario ante el cuerpo diplomático para informar al país de que Francia estaba dispuesta a ayudar a Malí en su guerra contra los “terroristas”. “He decidido que Francia responderá, al lado de nuestros socios africanos, a la petición de ayuda de las autoridades malienses. Estaremos preparados para frenar la ofensiva de los terroristas si esta continúa”, ha dicho Hollande.

Usando un tono solemne, el presidente ha explicado que los yihadistas se habían agrupado sobre la línea imaginaria que separa el sur y el norte del país, e incluso la habían superado. “Los terroristas intentan dar el golpe de gracia a la existencia de Malí”, ha afirmado. Y ha agregado: “Francia, sus socios africanos y la comunidad internacional no lo van a permitir”.

En realidad, aunque la resolución 2085 del Consejo de Seguridad valida la intervención de las tropas de la Unión Africana (UA) en Malí, diversos impedimentos logísticos y políticos llevan a pensar a los analistas que las fuerzas de la UA no podrán entrar en acción antes de septiembre.

Una fuente diplomática francesa ha explicado, además, que las resoluciones existentes del Consejo de Seguridad permiten a Francia intervenir directamente en el territorio si el Gobierno lo pide. “Seguimos hora a hora la situación sobre el terreno”, ha dicho el funcionario del Quai D’Orsay. “Vamos a ver si la escalada continúa o no. La ayuda de Francia se ajustará a la situación sobre el terreno”.

El presidente interino de Mali, Dioncunda Traoré, que planea acudir a París el miércoles para reunirse con Hollande, cumplió el jueves con el trámite legal al enviar sendas cartas, una dirigida al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y otra en la que reclamaba ayuda militar a París.

La embajadora de EE UU ante la ONU, Susan Rice, ha desplazado toda la presión sobre Hollande al indicar que Bamako “había solicitado apoyo exterior, en particular a Francia”. Describiendo la carta de Traoré, Rice señaló: “Decía en resumen: ‘¡Socorro, Francia!”.

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