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Cumbre española de ‘ladrones en la ley’

Los jefes del crimen organizado ruso se reunieron en Alicante en 2003

Luis Gómez

El abuelo Aslán Usoyán ha caído a sus 75 años como en la mejor de las películas: de un certero disparo realizado a distancia por un francotirador. Tuvo una muerte honorable, si se tiene en cuenta el código en el que se mueven los mafiosos rusos, según el cual se puede morir de muchas maneras, incluso cortado a pedazos. Él era un empresario (una forma más evolucionada del clásico término “ladrón en la ley”), que es como a ellos les gusta ser considerados, porque el delito, a fin de cuentas, no es más que una forma de negocio.

¿Era el número uno? En ningún sistema mafioso es tan complicado fijar jerarquías como en la mafia rusa, una organización de estructura horizontal, muy diferente de la clásica pirámide italiana. ¿Cuál es la diferencia? Que nunca se sabe dónde empieza y dónde acaba una organización. Dos grupos pueden estar enfrentados en un negocio y colaborar en otro: eso sucede en Rusia. También hay mucha bibliografía (y nada despreciable) sobre las conexiones entre los poderes del Estado y las organizaciones criminales.

Parece ser que el gran enemigo de Usoyán era, últimamente, Tariel Oniani. Ambos, de origen georgiano. Como Alexander Kalashov, el preso número uno de una organización criminal rusa en España durante años. De hecho, Tariel Oniani era el objetivo de la policía española cuando se puso en marcha la Operación Avispa en 2005, una de las principales actuaciones policiales contra las mafias rusas en España. Oniani no estaba en su lujosa residencia de Barcelona el día previsto para su detención: alguien le avisó. La fiscalía española dedujo que Usoyán era una especie de protector de Kalashov y, por tanto, alguien que podía velar por los intereses que dejara en Rusia mientras estuvo en una cárcel española. En resumidas cuentas: de Usoyán (el muerto), Oniani (el sospechoso) y Kalashov (el amigo del muerto) se sabía mucho en España.

Entre otras cosas porque, al menos Kalashov y Oniani y quién sabe si Usoyán, coincidieron en la fiesta de cumpleaños del primero celebrada el 30 de marzo de 2003, cuando cerraron a cal y canto para ellos el hotel Montíboli de Villajoyosa (Alicante). Los invitados acudieron en jets privados al aeropuerto de Alicante, incluidos los artistas que debían amenizar el acto. Por entonces, Oniani y Kalashov debían ser amigos y colaboradores. Como Ivankov, el japonesito, alguien que quiso mediar entre Usoyán y Oniani y que recibió tres tiros a la salida de un restaurante en 2009. La Guardia Civil española llegó a grabar aquella celebración, aunque las imágenes eran de pésima calidad. Lo más curioso es que los mafiosos rusos estaban al tanto en todo momento de la presencia de la Guardia Civil. No les incomodó porque pensaron que los agentes, aunque de paisano, estaban allí para darles protección. Aquella fue una cumbre mafiosa en toda regla: no había ningún inocente entre los invitados.

Oniani llegó a ser extraditado a España en 2011 e interrogado por el juez Fernando Andreu como consecuencia de las investigaciones que se llevaron a cabo en España y que, después de la Operación Avispa, desencadenarían en la Operación Troika. No sirvió de mucho porque se negó a declarar y fue devuelto a Moscú, donde estaba en prisión. Las últimas noticias que se tienen de Oniani son que ha ganado poder, otra de las características de estas organizaciones: el poder no se pierde por estar en prisión. De Oniani tuvo ya información la policía española cuando tuvo contactos con Alexander Litvinenko, ex teniente coronel de la KGB, que informó de las importantes conexiones de Oniani con políticos rusos. Litvinenko murió en Londres envenenado con una sustancia radiactiva (Polonio-210), otra prueba más de la imaginación que emplean los rusos a la hora de matar.

Lo más curioso de todo es que Oniani fue durante algún tiempo sospechoso de ser un confidente / colaborador del FSB, el servicio secreto ruso heredero del mítico KGB. También algunas fuentes han declarado lo mismo acerca de Aslán Usoyán. Y es posible que ambos estuvieran en nómina. Porque nadie sabe dónde acaba y dónde empieza la telaraña mafiosa en Rusia.

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